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De cómo los ríos alemanes han sido recuperados

Hace pocas décadas muchos ríos alemanes eran considerados biológicamente muertos. Hoy constituyen atractivos paisajes naturales. ¿Cómo se recuperaron estos sensibles ecosistemas?

Alster, Hamburgo
Alster, HamburgoImagen: DW/C. Gunkel

Las imágenes de aguas contaminadas en donde flotan decenas de peces muertos también se han visto en Alemania. Pero, por fortuna, eso es cosa del pasado. Sobre todo el Elba y el Rin, los dos grandes ríos que cruzan Alemania de sur a norte, eran considerados cloacas para residuos domésticos e industriales.

El Elba, en especial, que desde su fuente en la República Checa hasta su desembocadura en el Mar del Norte recorre unos mil kilómetros, era para las autoridades socialistas de la RDA un mero canal de desagüe, en el que se arrojaba todo tipo sustancias y aguas contaminadas.

Investigadores establecieron que en 1988, un año antes de la Caída del Muro de Berlín, el Elba estaba contaminado con 16.000 toneladas de nitrógeno, 10 mil de fósforo, 23 toneladas de mercurio y 3 de pentaclorofenol, un químico altamente nocivo para todos los seres vivientes. Todas estas sustancias tóxicas eran transportadas hacia el mar, de donde millones de personas siempre han sacado su alimento.

El biólogo Veit Hennig, de la Universidad de Hamburgo, describe el estado del Elba antes de la Caída del Muro: "Los peces padecían de úlceras tanto en órganos internos como en la piel”.

El regreso de las marsopas y los pescadores

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La desaparición del régimen socialista trajo consigo el cierre de muchas fábricas que no cumplían con ningún estándar ambiental, que no contaban ni siquiera con plantas de tratamiento de aguas. Ahora, los pescadores artesanales han regresado, e incluso bañistas pueblan sus orillas en verano. Hasta las marsopas, una especie de ballenas pequeñas, vienen ahora del mar río arriba.

"La Sociedad para el rescate de los Delfines ya ha avizorado unas doscientas de estas ballenas, también conocidas como ‘cerdos de mar'”, dice Hennig.

A comienzos de año, las marsopas persiguen a enjambres de peces que desovan en el río Elba porque, entretanto, encuentran allí las condiciones de agua limpia que necesitan.

Pero si bien el Elba es hoy un río más limpio, sigue habiendo sustancias tóxicas atrapadas en los sedimentos que salen a flote en inundaciones, como las ocurridas este año.

Ríos limpios, gracias al avance de la biología

Stephan Köster, del Instituto para el Manejo y Protección de Aguas, de la Universidad de Hamburgo-Harburgo: "Hoy tenemos la posibilidad de limpiar las aguas de nitrógeno y fósforo con métodos biológicos. Para ello hay que hacer una fina combinación de complejos sistemas. Pero el éxito en la recuperación de los ríos alemanes también se le agradece al avance de la biología”

El proceso de limpieza de aguas empieza por el retiro mecánico de objetos hasta la extracción de minerales revueltos con arena. Después de esto se filtran y se separan los químicos disueltos en el agua hasta que, al final del proceso, se usan bacterias que se encargan de degradar los contenidos de carbono.

Veit Hennig recuerda lo que aún le falta al Elba y a otros ríos canalizados para ser realmente “naturales”: "Faltan llanuras de inundación en las que se junten sedimentos que filtran las aguas y de donde regresan oxigenadas a su cauce”

Para finalizar, Stephan Köster, que conoce también la contaminación de ríos en otros países, advierte que lo que falta no son más normas ambientales sino la voluntad de implementarlas, más aún si se tiene en cuenta que hoy día las tecnologías de limpieza de aguas son conocidas en todo el mundo.