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La cerveza perfecta

Esta semana dedicamos nuestro programa a la cerveza bávara. Viajamos a Freising para ver la cervecería más antigua del mundo, donde no sólo se produce una cerveza: se crea toda una cultura.

Imagen: Bayerische Staatsbrauerei Weihenstephan

Aunque la Oktoberfest ya pasó, en Alemania, y especialmente en Baviera, la cerveza sigue siendo la reina de las tabernas. Y en Baviera se encuentra la taberna y fábrica de cerveza más antigua del mundo, donde además se puede probar una de las mejores cervezas de malta de trigo de toda Alemania durante todo el año: Weihenstephan.

Audiorecetas 19.10.2012: La cervecería más antigua de Alemania - MP3-Mono

Hace casi un milenio, los monjes de un monasterio benedictino en la localidad bávara de Freising decidieron comenzar a fabricar cerveza en plena cuaresma. El duro régimen de vigilia no se aplicaba a la bebida, y al parecer, la cerveza se presentó como un buen sustituto para engañar al estómago. Tanto, que la perfeccionaron hasta convertirla en “el champán” de las cervezas entre los alemanes, y un símbolo de Alemania en el resto del mundo.

Con lo básico, lo mejor

Brauerei Weihenstephan Produktion
La cerveza de Weihenstephan se produce en masa para atender la gran demanda. Imagen: Bayerische Staatsbrauerei Weihenstephan

Hoy día, la cervecería sigue funcionando durante las visitas de turistas que quieren aprender más sobre el origen de este producto. Frank Peifer, actual dueño de la cervecería o “Braumeister”, presenta con orgullo su cerveza estrella: la “Weizenbock Fitus”, que ha sido varios años (incluyendo este) nombrada como la mejor cerveza de malta de trigo, o “Weizenbier”, del mundo: “Para ello, es crucial la experiencia adquirida a lo largo de los siglos, empezando con el trabajo de los monjes, y la ley de pureza, que asegura la buena calidad de la cerveza.”

En 1516, Guillermo IV de Baviera decretó la llamada “Ley de pureza”, que establecía que la cerveza solamente se debía elaborar a partir de 3 ingredientes: agua, malta de cebada y lúpulo. Siguiendo estas instrucciones al pie de la letra (aunque no incluyeran la levadura, ingrediente esencial de la cerveza que no fue descubierto hasta 1880), la cervecería más antigua del mundo ha marcado un modelo para el resto de locales de este tipo en Baviera. Y un producto que triunfa en todo el mundo, dice Peifer: “En cualquier país donde a la gente le guste festejar las ocasiones se bebe cerveza de malta de trigo. Es asombroso. En el Mediterráneo, España, Italia, Israel…”

Toda una filosofía en una bebida

Brauerei Weihenstephan
Frank Peifer: "En cualquier país donde a la gente le guste festejar las ocasiones se bebe cerveza de malta de trigo." Imagen: DW/Johanna Schmeller

Con la cerveza no solo se exporta una bebida: se exporta toda una cultura de vida, según la etnóloga de Múnich Simone Egger: “La cerveza es naturalmente mucho más que una bebida; es un reflejo de la cultura bávara. Con Múnich se identifica comodidad y aspectos similares, pero también las tabernas y los jardines de la cerveza, y por supuesto la Oktoberfest. Quizás el comercio de cerveza funciona tan bien porque es capaz de apelar a todas las clases y ambientes, y porque su consumo une a todos.”

Dicho todo esto, seguro que a más de uno le ha entrado ganas de servirse una jarra de cerveza de malta de trigo y disfrutarla en buena compañía. No se corte: la cerveza es nutritiva, diurética y tiene efectos beneficiosos para el corazón, siempre que se tome con moderación. No se olviden que, aunque resulte deliciosa como tal, servida fresquita o en botella, también se puede usar como ingrediente para un plato, como la sopa de cerveza que ya tenemos en nuestro catálogo, o incluso para una bebida refrescante. Eso es precisamente lo que vamos a hacer hoy: un Weizenbierbowle, o ponche de cerveza.

Weizenbierbowle o ponche de cerveza

Ingredientes

1 piña fresca
1 limón
50 ml de ron
2 cucharadas de azúcar (o más, al gusto)
140 ml de vino blanco
1 ½ l de cerveza de malta de trigo

Preparación

Pelar la piña, retirar el tronco central y cortar el resto en trozos medianos. Colocarlos en una ponchera grande.

Exprimir el limón y agregar el jugo a la ponchera.

Añadir el ron y el azúcar, mezclar todo bien y dejar reposar un tiempo.

Antes de servir, añadir el vino blanco bien frío.

Mezclar bien, y finalmente, agregar la cerveza.


Autora: Lydia Aranda Barandiain
Editor: José Ospina-Valencia