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A fondo: refrigerantes

7 de septiembre de 2010

Los refrigerantes artificiales como CFC, FC y HFC son dañinos para el clima. Los gases naturales, en cambio, son medioambientalmente sostenibles. También el CO2, que en realidad pasa por ser un gas de efecto invernadero.

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Libre de CFC. No todos los frigoríficos pueden presumir de una etiqueta como la de la imagen.Imagen: CC/Merker Berlin

CFC

CFC es la abreviación de clorofluorocarbono. Los CFC son responsables, de manera considerable, de la reducción de la capa de ozono. Es decir, del llamado "agujero" en la capa de ozono. La producción de CFC está prohibida a nivel internacional. En Alemania ya no hay CFC como refrigerante desde mediados de la década de los 90. El CFC no es un gas natural, sino que se fabrica de forma artificial. El estándar utilizado para identificar el nivel nocivo de estos gases es el "Valor GWP" (Global Warming Potential, potencial de calentamiento global). Los CFC tienen un GWP extremadamente elevado.

HCFC

HCFC se utiliza como abreviación de hidroclorofluorocarbono. Son, al igual que los CFC, gases destructores de la capa de ozono, aunque con un potencial más reducido. Es por ello que, en un primer momento, fueron introducidos como solución de transición. Como los CFC, los HCFC son gases artificiales elaborados a través de un procedimiento técnico. En comparación con el CO2, los HCFC tienen un valor GWP extremadamente alto.

FC

FC corresponde a la abreviatura de fluorocarbono. Junto con los CFC, se trata de los gases de efecto invernadero más peligrosos. Su valor GWP se sitúa (en función del tipo de gas) entre el nivel 100 y el 15.000 por encima del dióxido de carbono. A diferencia de los CFC, los gases FC no contribuyen a la reducción de la capa de ozono. Es por ello que se utilizaron como refrigerante sustitutivo tras el abandono de los CFC. Al igual que estos últimos, los FC son gases artificiales.

HFC

HFC es la abreviatura de hidrofluorocarbono. La industria química los propuso como sucedáneo de los CFC y los HCFC porque no contienen cloro y, por tanto, no tienen potencial alguno como destructores de la capa de ozono. Sin embargo, el átomo de flúor los hace extremadamente dañinos para el medio ambiente. El valor GWP abarca un abanico entre el factor 140 y el 11.000. El HFC es también un gas sintético.

Hidrocarburos

Diversos gases del grupo de los hidrocarburos cuentan con características físicas que los convierten en refrigerantes ideales. Como todos los hidrocarburos (en la vida cotidiana, gases como el propano, el gas natural o el butano encuentran usos diversos), los refrigerantes son también combustibles. Como en el resto de aplicaciones, también en este caso hay soluciones técnicas que garantizan un uso seguro. Las áreas de empleo abarcan desde grandes instalaciones de aire acondicionado a neveras, pasando por un sinfín de usos. Especialmente, en aquellas regiones que registran elevadas temperaturas. Los hidrocarburos permiten conseguir un elevado nivel de eficiencia energética.

CO2

Aunque pertenece a la categoría de gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2) es un óptimo refrigerante. Especialmente en un entorno de frías temperaturas, sus favorables características termodinámicas pueden ser aprovechadas para generar temperaturas muy bajas. También se emplea en la fabricación de aires acondicionados para los automóviles, así como –junto con el amoniaco- para las instalaciones frigoríficas y de climatización de los supermercados. Sin embargo, los equipos que emplean CO2 deben ser diseñados para trabajar con altas presiones de servicio. Lo que dificulta su uso como refrigerante alternativo en instalaciones que trabajan con HFC o CFC. El CO2, a diferencia de los CFC, FC y HFC, es un gas natural.

Agua y aire

El agua y el aire como refrigerantes no sólo son completamente no tóxicos. Además, se pueden obtener con facilidad. Sus características físicas requieren, sin embargo, de instalaciones tecnológicas que todavía no se encuentran ampliamente extendidas. El agua se puede emplear para temperaturas frías por encima del punto de congelación. Por su parte, el aire como refrigerante sigue siendo en gran medida desconocido. Sin embargo, ya hay instalaciones que aprovechan las cualidades físicas del aire para generar temperaturas extremadamente bajas.

Autor: Martin Schrader
Redacción: Emili Vinagre