Aceite de palma
23 de febrero de 2010Las pestilentes ciénagas situadas tras los pequeños molinos de aceite cerca de Krabi suponen una enorme amenaza para el medio ambiente. Liberan metano, un gas altamente tóxico causante del efecto invernadero que contamina no sólo el aire, sino también las aguas subterráneas. Los responsables de ello son los desechos en descomposición del fruto de la palma aceitera, del cual hasta ahora solamente se aprovecha el aceite.
Pero algunos kilómetros más allá, la Chumpon Palm Oil Industry (CPI) ha hallado nuevos caminos para explotar la palma aceitera. No sólo se exprime el fruto de la planta. Sus restos se utilizan también para generar electricidad y biogás. Una planta de estas características puede producir hasta 10 megavatios y, al mismo tiempo, regenerar sus propias aguas residuales. Tailandia cuenta ya con seis plantas de este tipo.
Un reportaje de Holger Trzeczak