Ahmadineyad no defraudó
26 de septiembre de 2007Der Kurier, de Viena: "Para los medios de comunicación y numerosos manifestantes de Nueva York, el demonio tiene el nombre de Ahmadineyad. El hombre de tosco vocabulario e insoportable visión de la historia ha tenido durante su viaje al territorio del ‘enemigo’ un podio que no corresponde ni a su relevancia ni a la de su país. Ahmadineyad en las portadas, Ahmadineyad en entrevistas televisivas en serie, Ahmadineyad tachado o calificado de terrorista en las pancartas de manifestantes, Ahmadineyad en la renombrada Universidad de Columbia. (...) En su patria, el presidente que no ocupa un sitial tan fundamental se ve forzado a acarrear en buses a manifestantes pagados para conseguir semejante grado de atención. Ocurre que en Irán mucha gente está harta del personaje y la cobertura en los medios. Para el señor Ahmadineyad, el viaje a Nueva Yorka valió la pena con creces... gracias a la obsesión por ‘el mal’ de los medios de comunicación”.
Tal como lo ve Washington
Der Standard, de Viena: “El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, cumplió las expectativas que generaba su imagen de enemigo. Arremetió contra Israel (‘fundado sobre el racismo’) dijo cosas absurdas en la Universidad de Columbia (‘en Irán no hay homosexuales’) y jugó públicamente con la idea depositar una corona de flores en Ground Zero... precisamente él, el presidente del ‘país que presuntamente es el mayor financista del terrorismo de Estado’ (palabras de Condoleezza Rice). Y el show no ha terminado, mientras Ahmadineyad permanezca en Estados Unidos. Pero, desde ya, el presidente ha cumplido su papel a las mil maravillas para Washington. Se presentó así como lo ve la administración estadounidense”.
Un intento necesario
Liberation, de París: “¿Se debe bombardear Irán? (...) Si Irán se premune de armas atómicas, Arabia Saudita, Egipto y quizás Turquía le seguirán. Eso, por no hablar de Israel, que desde hace décadas cuenta con sus propias armas de disuasión. ¿Queda un camino intermedio? Irán y sus líderes son impredecibles y parecen no tomar en serio las amenazas de Occidente. Saben que un bombardeo de su país incendiaría toda la región. Y creen que, al final, la comunidad internacional cederá. Pero existe un pequeño margen de acción. Libia, Corea del Norte y, bajo otras circunstancias, Japón y Sudáfrica, renunciaron a contar con armas nucleares, a cambio de ventajas económicas, diplomáticas y comerciales. No es sencillo, pero hay que intentarlo”.
Más sanciones
La Repubblica, de Roma: “La guerra contra Irán no es inevitable. Y los europeos pueden desempeñar un papel fundamental para evitarla, al apoyar nuevas y más duras sanciones contra Teherán. (...) Será necesario una ronda de sanciones suficientemente drásticas para convencer al régimen de Teherán de renunciar a la bomba atómica y, a cambio, poder utilizar la energía atómica en el plano civil y recibir la garantía de que Estados Unidos no atacará a Irán”.