¿Alguien ha visto un pececillo de plata?
Son pequeños, tímidos y plateados. Aman la humedad y el calor, no pican ni muerden y se comen a los ácaros. Están en casi todo el mundo y adoran la oscuridad. Es imposible no querer a los pececillos de plata.
Tímido, amante del calor y sin alas
Los pececillos de plata son unos insectos primitivos pertenecientes a la orden de los Zygentoma y que probablemente habitan este planeta desde hace unos 300 millones de años. Deben su nombre a sus movimientos serpenteantes y ágiles y por el brillo plateado de su cuerpo, que se ve huir velozmente cuando se enciende la luz. Se conocen unas 500 especies en todo el mundo.
Caminante nocturno
Quizás el hecho de que ahora, por la pandemia, pasemos más tiempo en casa, haya servido para que nos encontremos más a menudo con estos huéspedes. Los pececillos de plata hacen su vida en la noche, y en la oscuridad salen a pasear. No lo hacen para asustarnos, sino porque ellos mismos le temen a la luz. También les gustan los climas húmedos y cálidos, por eso los baños son su lugar favorito.
Extraño apareamiento
El apareamiento de estos insectos también tiene lugar en la noche. Cuando están listos para el contacto físico, se comunican con sus antenas. Luegos realizan un baile, que puede durar hasta media hora. Al final, el macho teje unos hilos frente a la hembra, en los cuales ha depositado gotas seminales. La hembra las recoge cuando intenta pasar bajo esos hilos.
¡Larga vida al pececillo!
La hembra pone una veintena de huevos en grietas húmedas, de las cuales eclosionan las crías en un lapso de dos a ocho semanas, según la temperatura ambiental. El desarrollo completo también depende de ese factor, y puede durar entre uno y tres años. Como sea, como adulto medirá un máximo de 1 centímetro. Sorprende su esperanza de vida: ocho años. Hay insectos que viven un día...
Come lo que sea
Si el pececillo plateado (Lepisma saccharina) anda por la cocina o el baño, es porque busca comida. Como sugiere su nombre científico, los pececillos necesitan alimentos ricos en azúcar o almidón para sobrevivir. Pero no tienen remilgos ni se complican: pueden satisfacerse con adhesivos, moho, ácaros y hasta caspa. ¿No hay nada? No importa, pueden soportar meses sin comer.
Dejen tranquilo al pececillo
No son venenosos, no pican ni muerden. Y aunque pueden invadir la comida almacenada, no se conocen enfermedades transmitidas por estos insectos a los humanos. Por el contrario, sirven para limpiar, porque eliminan a los ácaros y el moho. Si hay una plaga de ellos, cosa realmente muy rara, puede ser señal de exceso de humedad y presencia de hongos. Combata eso y no al pobre pececillo. (dz)