Amador, aclamada en la Berlinale
16 de febrero de 2011
Las flores son el hilo conductor de una película de supervivencia con la que el cineasta narra con una mirada llena de humor un drama humano y universal en el que la vida y la muerte se dan la mano. Fernando León de Aranoa (Madrid 1968) volvió al festival adonde llegó con su primera película Familia (1996), y posteriormente con su contribución en Invisibles (2007).
Su quinto largometraje Amador recibió una calurosa acogida durante su estreno internacional en la sección Panorama. "Tuve la impresión de que la lectura que hacía el público era la misma intención con la que la escribí y eso es lo mejor que te puede pasar como director", dijo el realizador en conversación con Deutsche Welle.
La cinta gira en torno al conflicto existencial en el que se encuentra la ecuatoriana Marcela, papel que interpreta magistralmente Magaly Solier, protagonista de la cinta La teta asustada, ganadora del Oso de Oro en 2009.
"Está en una situación límite a nivel personal por su relación y por un hijo que quiere tener. Así que encuentra un trabajo cuidando a un señor mayor que es Amador (Celso Bugallo), y de repente sucede algo en esa casa que la sitúa ante un dilema moral muy grave que ella maneja con sentido del humor", explica el realizador de Princesas (2005) y Los lunes al sol (2002).
Quince kilos de más
La actriz, que aumentó quince kilos para interpretar el papel de Marcela reconoce que el personaje fue mucho más complicado que el de Fausta (La teta asustada) y que se preparó mirando documentales sobre mujeres en situaciones extremas y estudiando sus rostros y la forma como miraban y respiraban. Dijo que no conocía al director Fernando León de Aranoa y al principio tenía miedo.
"Tenía mucho miedo porque era la primera vez que salía de El Perú e iba a trabajar con un director que en realidad no conocía y tenía muchas dudas. Al final me preparé durante cuatro meses y cuando el director me dijo en los ensayos que mi interpretación si era el personaje de Marcela, me sentí feliz", dice Magaly con una sencillez que cautivó en Berlín.
El director por su parte reconoció ser un gran defensor del guión. "Para mi son muy importantes los personajes, encontrar lo que hay de tí en ellos y desarrollarlos pensando que son amigos tuyos, que los conoces de algo", dijo el afamado guionista, que recomienda a jóvenes cineastas mucho empeño, pues el oficio de escribir, dice, se aprende escribiendo.
La metáfora del rompecabezas
Amador es un hombre postrado en cama que pasa el día entero viendo concursos de televisión e intenta armar un gran rompecabezas con una vista marina, le gusta el mar. ¿Hay mar en tu país? Le pregunta a Marcela. "El rompecabezas se convierte en la metáfora de la película porque Amador explica la vida como un puzzle, en el que te han dado todas las piezas de partida. Pueden ser malas o buenas, pero finalmente es responsabilidad de cada quien saber manejarlas y colocarlas de la mejor manera posible e ir armando el rompecabezas de tu vida. Es lo que hace Marcela en la película", explica el cineasta.
Así como uno de los personajes defiende el negocio de las flores diciendo que siempre se venderán por estar en los acontecimientos más importantes de la vida: los nacimientos, los funerales y las bodas, el cineasta defiende la magia del cine. "A mi me gusta pensar que siempre tendrá sentido hacer películas por muy duras que se pongan las cosas, que a veces se ponen, porque el cine celebra tres cosas, habla de la vida, de la muerte y del amor".
Autora: Eva Usi
Editor: Pablo Kummetz