Argentina se despide de Maradona
Argentina llora. Miles de personas hicieron filas en Buenos Aires para despedirse de su leyenda del fútbol, Diego Armando Maradona.
Lágrimas por un inmortal
El mundo tiene la mirada puesta en Argentina y algunos se preguntan cómo la muerte de un futbolista puede conmover a toda una nación. Simplemente porque, para sus compatriotas, era mucho más que el mejor futbolista de todos los tiempos. Argentina es Maradona y Maradona es Argentina. Mirar a Diego es mirarse a uno mismo: en ninguna otra parte, el genio y la locura han estado tan cerca.
Filas interminables
Ya en la madrugada, todo Buenos Aires se unió a la kilométrica fila en la Avenida de Mayo, que conducía al ataúd de Maradona en el palacio de gobierno. Seguidores del club favorito de Maradona, Boca Juniors, del odiado rival River Plate e incluso gente que nunca había estado en un estadio: todos comparten el duelo por su ídolo, Maradona.
Su triunfo en México 1986 será eterno
Muchos argentinos tenían puesta la camiseta de la selección de 1986. En el Mundial de México, Maradona se hizo inmortal y llevó a un equipo mediocre a obtener el título. Inolvidables fueron los cuartos de final contra Inglaterra, con la "Mano de Dios" y el gol del siglo, cuatro años después de la derrota argentina en la Guerra de las Malvinas.
Velorio en la Casa Rosada
La Casa Rosada es en tiempos normales, la sede oficial de Alberto Fernández, el presidente de Argentina. ¿Pero qué puede ser normal cuando ha muerto Diego Armando Maradona? El jefe de Estado ordenó primero tres días de luto nacional y luego dispuso que el velatorio de Maradona se realizara en la misma sala en la que se veló al presidente Néstor Kirchner en octubre de 2010.
Un Congreso iluminado de celeste
Obviamente de color celeste, el color de la bandera nacional argentina, se iluminó el Congreso en honor a Maradona. Un homenaje al hombre que hizo famoso al país sudamericano. ¿Qué es lo primero que escucha un argentino en el extranjero cuando dice de qué país viene? ¿Evita Perón? Raramente. ¿El Papa? Tal vez. ¿Maradona? Por supuesto, incluso en los rincones más lejanos de la tierra.
La pareja presidencial también se despide
Alberto Fernández y la primera dama, Fabiola Yáñez, le dieron el último adiós a Maradona. El jefe de Estado, visiblemente conmovido, puso su mano sobre el ataúd, y su esposa un ramo de rosas rojas. "Nos llevaste a lo más alto del mundo. Nos hiciste inmensamente felices. Fuiste el más grande de todos. Gracias por haber existido, Diego. Te vamos a extrañar toda la vida", expresó Fernández.
Caos al final
Lógicamente, el último acto de la historia de Diego Maradona también tenía que incluir el "quilombo", como llaman los argentinos al alboroto. Debido a que el palacio de gobierno solo estuvo abierto para el velatorio hasta la tarde, miles de personas se quedaron haciendo fila en la calle. Antes se había pedido guardar las reglas de distanciamiento. Al final, se armó un "quilombo".
La policía se enfrenta a los hinchas
Si Maradona lo hubiese visto, probablemente habría sacudido la cabeza. O habría sonreido. ¿Qué hace que un partido de fútbol se torne a veces intenso en Argentina? Que la policía use gas lacrimógenos y los hinchas tiren piedras y botellas a las fuerzas de seguridad. Por eso, no es de extrañar que, desde 2013, los aficionados del equipo que juega de visita rara vez hayan podido entrar al estadio.
De la Casa Rosada al cementerio
Debido a que la gente también entró a la fuerza al palacio de gobierno, pues no se perdonarían haberse perdido la despedida de Maradona, el ataúd fue llevado primero a un lugar seguro en otra habitación. Luego, el féretro de Diego Maradona emprendió su último viaje: de la Casa Rosada al cementerio Jardín Bella Vista, a 40 kilómetros de Buenos Aires.
En el círculo más cercano
Diego Maradona finalmente encontró la paz, acompañado solo por los familiares más cercanos, enterrado junto a sus queridos padres. Pero, ¿descansará realmente? A tan solo 300 metros de distancia, 200 de sus seguidores cantaban fuertemente acompañados de tambores: "Olé, olé, olé, Diego". Y con la foto número 10 se cierra esta despedida. ¡Adiós, Diego, nunca habrá otro como tú!