Balance un mes después de la conferencia de Bali
17 de enero de 2008Alemania se mantiene en su postura a favor de la reducción de las emisiones causantes del cambio climático, así lo afirmó enérgicamente el ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, en su informe al Bundestag, el Parlamento alemán. Aunque otros países industrializados no quieran seguir este buen ejemplo, Berlín pretende conseguir que hasta 2020 se emita un 40 por ciento menos de gases de efecto invernadero. Imprescindible se hace este objetivo si la Unión Europea en conjunto pretende, de verdad, en ese mismo plazo una reducción del 30 por ciento con respecto al nivel de 1990.
¿Disenso entre Alemania y la UE?
El objetivo comunitario de aumentar en un 20 por ciento la eficiencia energética, por otro lado, fue indirectamente criticado por el ministro alemán, quien lo calificó de “débil”. En vistas a la próxima reunión de la Comisión Europea para concretar los objetivos del paquete energético y climático europeo, Gabriel recalcó que habría que fortalecer el mercado de derechos de emisión a nivel de los países industrializados; para ello, sin embargo, los países europeos deberían proceder de acuerdo a las “mismas reglas del juego”. En otras palabras, el tope de emisiones de CO2 debe ser igual para todos, según el titular germano responsable de Medio Ambiente.
Pocos días antes, Berlín había criticado duramente el proyecto de ley de la Comisión Europea que prevé reducir la emisión de CO2 en automóviles nuevos a 120 gramos por kilómetro, a partir del 2012, a pesar de que el Parlamento Europeo se manifestó a favor de una emisión de 125 gramos por kilómetro desde 2015. Gabriel calificó los planes de la UE de "guerra de competencia entre las industrias automotrices".
El tema llega a los hogares alemanes
Lo candente del tema de la energía se hace sentir en el bolsillo del ciudadano común: los precios de la energía y el gas han subido considerablemente durante el último año. El ministro Gabriel criticó duramente a las empresas energéticas, pues en realidad no hay motivo para este encarecimiento. “Los consorcios energéticos han sacado ganancias millonarias del mercado de derechos de emisión”, aseveró el ministro, quien propuso establecer una “tarifa social” para los hogares de menores ingresos. “No es posible que en un país tan rico como Alemania se sufra de carencia de calefacción y energía”, recalcó. A unos 800.000 hogares alemanes se les desconectó durante 2007 el suministro de luz y gas por causa del pago.
¿Patrono del medio ambiente y de la industria automovilística?
Los resultados de Bali y la gestión del ministro alemán en general fueron calificados de insuficientes por la oposición. El diputado liberal Michael Kauch advirtió de adornar e idealizar los modestísimos resultados de la conferencia en la indonesa Bali, pues no se llegó a ningún resultado concreto en cuanto a objetivos para reducir emisiones. Los Verdes, por su parte, ejemplificaron su insatisfacción: en este momento las emisiones –sobre todo la de los automóviles- aumentan más que nunca antes, a pesar de que los medios tecnológicos para evitarlo están ya a la disposición. Por ello, la ecologista Bärbel Höhn relativizó bastante la bondad de la gestión de Gabriel: “Representar el papel del protector del medio ambiente en Bali y ser al mismo tiempo el santo protector de la industria automovilística es un doble papel que la gente no va a aceptar más. Nosotros –los Verdes- nos encargaremos de que así sea”.