Berlín: ¿ciudad del caos? 

Berlín encabeza la lista de índices de delincuencia a nivel nacional. En 2021, la tasa de delitos en la ciudad era de 13.158 por cada 100.000 habitantes, muy por delante del segundo lugar, que se lo llevó Hamburgo con 10.062. El estado con la tasa de criminalidad más baja fue Baviera, con 4.138 delitos por cada 100.000 habitantes. 

Berlín celebró cuatro votaciones el mismo día: las elecciones federales, las regionales, las de los distritos locales y un referéndum sobre expropiación a grandes compañías inmobiliarias. Las dificultades logísticas resultaron excesivas: faltaron papeletas, hubo nombres equivocados en las boletas y varios colegios electorales permanecieron abiertos más tiempo del debido. 

Uno de cada tres niños de la capital alemana vive en la pobreza. Se calcula que 167.000 niños berlineses viven en hogares socialmente desfavorecidos, la mayoría de los cuales recibe algún tipo de prestación social. Las últimas cifras muestran que el número de personas afectadas por la pobreza en Berlín aumentó rápidamente durante la pandemia, hasta llegar a casi una de cada cinco. 

La historia del aeropuerto BER es de fracaso y vergüenza. Debía abrir sus puertas el 3 de junio de 2012, pero se reportaron unas 120.000 fallas, sobre todo, con sistemas antiincendios y de ventilación. Con miles de millones de euros en sobrecostos, se inauguró, por fin, el 31 de octubre de 2020. En comparación, el megaaeropuerto chino Beijing Daxing International se construyó en solo cinco años. 

Los intentos de convertir a la capital alemana en una metrópolis amigable para ciclistas, como Ámsterdam y Copenhague, no tuvieron buen comienzo. En 2018, se pintó en el distrito de Zehlendorf un zigzagueante carril de bici, ampliamente ridiculizado por los berlineses. Los responsables municipales lo achacaron a un error de comunicación con el contratista encargado de pintar el carril bici.

Pero, en Berlín, no todo sale mal. Mientras que el resto del país no ha introducido hasta ahora un sucesor del popular "billete de 9 euros" (un abonado mensual que permitió viajar en las redes locales de autobús y ferrocarril de todo el país durante los meses del verano de 2022), Berlín introdujo rápidamente una variante de ese tiquete por 29 euros, muy apreciado hoy por sus habitantes.