Berlín debate sobre el Estadio Olímpico
22 de febrero de 2017El Estadio Olímpico está rodeado por un halo de misticismo construido por la historia que se revuelve entorno a su campo y sus gradas. Su nacimiento está marcado con una oscura mancha, pues es erigido bajo las órdenes de Adolf Hitler, pensado como una obra propagandística monumental. Sin embargo, referirse a este recinto significa también referirse a momentos clave del deporte, como la celebración del Mundial de Fútbol en 1974 y en 2006, al mundial de atletismo en el que Usain Bolt rompiera distintas marcas en 2009 y a la final de la Liga de Campeones en 2015. Además hospeda la final de la Copa Alemana desde 1985.
Un equipo que no enamora
Asistir a un partido del Hertha tiene el valor agregado de poder visitar un recinto legendario, que además detenta un premio internacional de arquitectura, siendo la única edificación deportiva en actividad con este reconocimiento. Pero para la directiva de los albiazules "…no tiene la menor importancia”.
Hertha no ha logrado enamorar ni a propios ni extraños. En el este de la cuidad antiguamente dividida, esta camiseta a rayas representaba algo tan lejano y ajeno como el oeste aun varios años después de derribado el Muro. Sus colores no fueron acogidos como símbolo de la capital, si bien la urbe quedaba así huérfana en la Bundesliga, pues el poderoso Dynamo fue guardado en el olvido, desde que atraía todo el odio que había generado con sus abusos su principal promotor: la "Stasi” (policía secreta), mientras que el Union Berlín, nunca llegó a hacerle honor a su nombre.
El Hertha es considerado un equipo del oeste de Alemania, pero ha sufrido la falta de inversión y respaldo económico que mantuvo siempre a los clubes del este relegados de la Bundesliga. Las probabilidades de que un patrocinador respalde una escuadra en estas latitudes son más bien bajas y "sin dinero, no baila el perro”, ni tampoco se consiguen títulos, por lo que el equipo no termina de despegar.
La indiferencia de parte de los berlineses hacia los albiazules es directamente proporcional a la falta de identificación del club con el Estadio Olímpico. Así que ¿por qué no iba querer el Hertha un juguete nuevo?
¿Menos es más?
A la directiva le cuesta mucho llenar los 76 065 lugares que su enorme mansión ofrece. La escenografía de unas butacas llenas a medias hace además más difícil atraer a más público. Berlín es el único equipo de la Bundesliga que no cuenta con un estadio construido recientemente y quienes manejan los hilos de este conjunto esgrimen como argumento que para seducir a más seguidores necesitan un estadio que represente "toda una experiencia” al visitarlo.
La tendencia de moda es convertir la asistencia a los campos en una experiencia VIP. El fútbol está dejando de ser un espectáculo de masas, por una parte, a causa del elevado costo de los boletos, por otra, justo por la misma razón por la que la gente deja de asistir a los cines.
Miedo al fracaso
Las autoridades han negado por el momento dicho permiso. Probablemente, no tanto por cariño al Estadio Olímpico, sino por miedo. Miedo a dar a luz a dos elefantes blancos. Si Hertha no usa este recinto quedará condenado al abandono. Si comienzan las obras de una nueva arena, la empresa podría prolongarse hasta el infinito, como sucedió con el aeropuerto.
La discusión divide opiniones, pero la respuesta más generalizada es la apatía. A los berlineses, efectivamente, les interesa poco o nada si se construye un nuevo estadio o no. La conciencia sobre el gasto que esto implica y que obras similares se han hecho con dinero público para luego beneficiar a particulares tampoco despierta interés, probablemente por la misma razón por la que la gente… deja de ir al cine o a los estadios de fútbol.