Caballeros y reyes: los castillos y palacios más bellos del Rin

Almenas erosionadas, mampostería antigua: ninguna de las ruinas del castillo a lo largo del Rin podría ser más típica. El castillo en una colina sobre el río fue construido en el siglo XIII. Su conservación como ruina lo hace especialmente atractivo. Visitantes pueden terminar el día con una copa de vino en la terraza del castillo.

En el extremo sur del Valle Medio Alto del Rin, la torre del Ratón de Bingen marca la estrecha entrada al romántico Rin. Esta torre de vigilancia en el medio del río, frente al castillo de Ehrenfels, sirvió como una torre de recolección de aduanas durante la Edad Media. En el siglo XVII, pintores holandeses usaron la torre como tema y convirtieron la torre en un símbolo del romanticismo del Rin.

El príncipe Friedrich Wilhelm Ludwig de Prusia hizo reconstruir esta fortaleza del siglo XIV como castillo de caballeros en el siglo XIX. Las suntuosas vidrieras, las pinturas murales y los elegantes muebles históricos aún dan testimonio de la pompa y el lujo que el príncipe cultivó en su idilio caballeresco privado. Ahora el castillo de Rheinstein es un museo, hotel y restaurante gourmet.

Aunque en parte cubierto de rosas como el castillo de la Bella Durmiente, Sooneck no era un palacio de cuento de hadas en el pasado, sino una verdadera fortaleza de caballeros. En el siglo XI, sus señores celebraron sus incursiones aquí. También se embolsaron los peajes y los impuestos que recaudaron en lugar de entregarlos al monasterio al que pertenecía el castillo en ese momento.

Pfalzgrafenstein se encuentra en un arrecife rocoso en medio del Rin. 20 a 30 hombres solían servir en esta estación de peaje de 700 años. Pfalzgrafenstein era solo uno de un total de 12 instalaciones aduaneras donde los barcos que transportaban vino se vieron obligados a detenerse entre Mainz y Colonia. Los comerciantes incluso se quejaron ante el papa.

El castillo de Katz, ahora propiedad privada japonesa, es uno de los castillos del Rin más conocidos. Tiene una vista de Lorelei, donde la leyenda dice que una sirena atrajo a los barqueros a su muerte en los acantilados con su canto. El conde de Katzenelnbogen hizo construir la fortaleza en el siglo XIV como contraparte del cercano castillo Peterseck.

Justo enfrente del castillo de Katz se encuentra el castillo de Rheinfels, el primer castillo construido por el conde de Katzenelnbogen. Erigido en la Edad Media como la fortaleza más grande del Rin, el castillo fue considerado inexpugnable durante mucho tiempo. Recientemente, el gran sobrino del último Kaiser alemán exigió sin éxito su regreso. El poderoso castillo permanece abierto a turistas.

Muchas ruinas del castillo en el Rin fueron reconstruidas en estilos medievales históricos durante el siglo XIX. El castillo de Marksburg se salvó de ese destino porque nunca fue destruido. Ya sea en las cámaras de las mujeres y la capilla, en la sala y la armería de los caballeros, o en la bodega y almenas, en este castillo el tiempo se detuvo en el siglo XIII. ¡Bienvenido a la Edad Media!

Detrás de los gruesos muros de este antiguo castillo de peaje, los arzobispos de Maguncia alguna vez la ocuparon. El jardín del castillo está abierto al público. Si visita el castillo el Día del Patrimonio Abierto, puede ver la sala gótica, que generalmente no está abierta al público.

Agraciado, no poderoso: Friedrich Wilhelm IV, el romántico en el trono prusiano, quería un castillo idealizado y elegante en el Rin. Contrató al arquitecto estrella de su época: en 1823, Karl Friedrich Schinkel comenzó a convertir la fortaleza en ruinas en un palacio del Renacimiento gótico y una residencia de verano prusiana.