Caso Navalny lleva a Alemania a la confrontación con Rusia
2 de septiembre de 2020
La reacción no podría ser más decidida: desde que el opositor ruso Alexei Navalny comenzó a ser tratado en el Hospital Charité de Berlín, es decir, desde el 22 de agosto, se ha planteado la cuestión de si, cuándo y, sobre todo, cómo reaccionaría el gobierno alemán ante el evidente envenenamiento del crítico del régimen. Se habló mucho de indignación, pero ni la Canciller ni su ministro de Asuntos Exteriores querían presionar mucho. Las cosas han cambiado.
Primero, el Gobierno de Alemania emitió un claro e inequívoco comunicado que decía que ya no había ninguna duda de que el opositor Navaly había sido envenenado. Luego, el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, y la ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer, aparecieron ante la prensa. Acto seguido, el Embajador ruso fue llamado a una "reunión urgente".
Se desbordó la copa
El Gobierno alemán no pronuncia el término "citado o convocado", con lo que se evita la forma más severa de desaprobación diplomática. Pero esto es un matiz, nada más. Finalmente, la propia Angela Merkel aparece ante la prensa para expresar su disgusto con Rusia, y habla de un "intento de envenenamiento".
El gobierno alemán no puede demostrar más claramente que, después de todos los acontecimientos del pasado como Crimea, la persecución de miembros de la oposición, incluso en suelo alemán, y campañas de desinformación dirigidas desde el Kremlin, Moscú desbordó la copa con el caso Navalny. La declaración de los médicos de Berlín de que el estado del opositor sigue siendo grave, que hay que ventilarlo mecánicamente y que es necesario un largo tratamiento encaja con esto. Internamente, el gobierno sabrá más detalles, detalles terribles. Algo más terrible que el envenenamiento con agentes neurotóxicos es difícil de imaginar.
Si todo esto no es solo una forma acentuada de indignación, el gobierno de Angela Merkel debe ahora tomar medidas claras dentro de la UE contra Rusia. Moscú debe sincerarse, debe finalmente tomar un papel activo en la investigación del ataque a Navalny. Si eso no ocurre, algo debe suceder ahora; la idea de renovar las sanciones es apremiante.
¿Cómo reacciona Putin?
El Gobierno alemán está corriendo un riesgo. Es incierto cómo reaccionará Putin si se ve presionado en Bielorrusia, en Siria, en todos los lugares donde la pretensión de poder de Moscú se hace cada vez más evidente. Pero si para Alemania y Europa, los tan proclamados valores de la libertad son aún importantes, es necesaria esta dura reacción. Los próximos días y semanas mostrarán las consecuencias.
(jov/er)