El pastoreo es un oficio milenario que pasa por grandes dificultades. Sus profesionales reivindican un trato más digno a los animales, además del reconocimiento a la importante contribución que tienen las ovejas para preservar la biodiversidad del paisaje. Lamentablemente, los precios de la lana y de la carne no cubren los gastos y muchos pastores dependen de ayudas estatales.