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Los países vecinos se enzarzan en una pugna por los derechos de posesión. No sólo Dinamarca reclama la zona, también Rusia, Noruega y Canadá. Investigadores daneses se esfuerzan ahora en probar que el suelo marino del Norte polar pertenece a la plataforma terreste de Groenlandia y con ello, a la corona danesa.