Hace dos años, un fuerte terremoto arrasó una buena parte de Japón, causando más de 18.000 muertos y desaparecidos. El posterior tsunami destrozó la central nuclear de Fukushima. Miles de personas fueron evacuadas de la región, fuertemente contaminada con radiactividad. Fue la peor catástrofe nuclear desde el accidente de Chernóbil y la crisis aún no está controlada.