El fútbol, offside en la bolsa
22 de marzo de 2005Manchester United fue el gran modelo. Desde que el equipo británico salió a la bolsa, en junio de 1991, su cotización no paró se subir. En 2004 figuró, por octava vez consecutiva, como el club de fútbol más rico del mundo.
Penoso panorama
No ocurrió lo mismo con el Borussia Dortmund. Al emitirse, sus acciones costaban 11 euros. Este lunes, 21 de marzo, su valor llegaba apenas a los 2,36 euros. Los muchachos del Dortmund no son los únicos que han ido en picada por la cuesta bursátil: el Lazio de Roma, por ejemplo, disfrutaba el año 2000 de un buen momento y sus títulos se transaban a más de 7 euros. Hoy en día se arrastran en torno a los 49 centavos. El Juventus de Turín, por su parte, cayó de los 3,70 euros iniciales a 1,38 euros por acción.
No es un panorama muy alentador el que exhibe el índice accionario "Dow Jones Stoxx Football", donde también están registrados clubes como el Fenerbahce de Estambul. "Al Ajax Amsterdam le va un poco mejor", señala Wolfgang Gerke, profesor de la Universidad de Erlangen-Nuremberg, especialista en banca y bolsa de valores. Pero su veredicto es lapidario: "hasta ahora no ha valido la pena comprar acciones de clubes de fútbol".
Mala administración
Las razones son evidentes: los equipos a menudo no han contado con planes sensatos para ocupar el dinero obtenido con tanta rapidez. "Se administró mal", señala Peter-Thilo Hasler, jefe de la sección del Hypo-Vereinsbank que se ocupa de inversiones de participación en pequeñas compañías. "Creían que el dinero iba a seguir llegando para siempre", indica, agregando que, para eso se requiere que un equipo permanezca largo tiempo en la cúspide y cuente con una fiel legión de seguidores.
Lo que ocurrió fue que, con esos ingresos, se pagaron precios exorbitantes por jugadores que a menudo no rindieron los resultados esperados. Es un reproche que los expertos hacen no sólo al Borussia Dortmund. "Se gana una vez la Liga de Campeones, los jugadores exigen un mejor sueldo y se compran nuevas estrellas", dice Gerke. Pero puntualiza que "no es tan probable que se gane de nuevo ese torneo, y entonces falta el dinero."
El ejemplo del Manchester
Por otra parte, ha resultado perjudicial el hecho de que muchas sociedades anónimas futbolísticas no hayan diversificado sus inversiones. De haberlo hecho, hubieran dependido en menor grado de sus éxitos deportivos, lo cual es imprescindible, según Hasler. "Manchester es el único que optó por la diversificación", indica, explicando que "ofrece diversos servicios y organiza, al término de cada temporada, una gira por China o Estados Unidos." Dortmund también lo intentó, pero sin mucha visión. "Pensaron en abrir una tienda de artículos para hinchas en Shanghai, creyendo que iban a vender millones de camisetas", apunta Hasler.
Opción válida
Cuando un club está en la ruina, adinerados inversionistas suelen ofrecerse para ir en su rescate. Por ejemplo, el empresario Claudio Lotito salvó al Lazio de Roma -que había sido el primer club italiano en salir a la bolsa, en 1998- con 21 millones de euros. A cambio se quedó con el 31% de sus acciones.
En Alemania, en cambio, las reglas de la Federación de Fútbol (DFL) impiden que un millonario compre un club. Hasler lo considera una insensatez, porque en todos los demás países existe esa posibilidad. A su juicio, los dirigentes del DFL no tienen idea de economía, porque no comprenden que el mercado se encarga de regular el asunto. En cambio, piensa que es correcto que la normativa alemana prohiba que un particular adquiera acciones de equipos que compiten entre sí. Pero, en general, el analista estima que recurrir a la bolsa es una opción válida para los clubes de fútbol con problemas financieros. Es más: opina que la inversión en acciones del fútbol sigue siendo, en principio, "muy atractiva".