El Mundial, un buen negocio
30 de junio de 200214 mil millones de euros habrían costado a la economía alemana los partidos del Mundial, durante los cuales la gente dejó el trabajo de lado para seguir las alternativas del fútbol por televisión. Esas son las estimaciones del economista en jefe del HypoVereinsbank, Martin Hüfner. Sin embargo, pese a tales millonarias pérdidas, el experto considera que la fascinación futbolística tendrá el positivo efecto de motivar a la población, generando así mayores impulsos de crecimiento.
Desde luego, el rubro que sí espera un crecimiento en contante y sonante es el los empresarios del fútbol alemán. Uli Hoeneß, hoy en día en la gerencia del Bayern de Múnich, ya se está frotando las manos. "Los auspiciadores se dan cuenta de la cantidad de gente que sigue el fútbol y volverán a fijarse en nosotros más que antes", asegura.
Satisfacción en Adidas
Con una inversión cercana a los 40 millones de euros, Adidas Salomon fue uno de los principales auspiciadores de este Mundial. 10 de los 32 equipos participantes utilizaron sus zapatillas, entre ellos, el alemán y el francés.
En la segunda mayor empresa de artículos deportivos del mundo, los ánimos están por lo alto, tras el positivo balance del último mes. "Desde el punto de vista económico, este Mundial fue un éxito para nosotros", asegura el jefe del directorio, Herbert Hainer, apuntando que incluso se superaron las metas iniciales.
Los artículos más vendidos de la marca fueron las camisetas de la selección alemana y la japonesa. Según las cuentas preliminares, se vendieron aproximadamente 600 mil camisetas niponas y la empresa se benefició particularmente del despertar de la fiebre del fútbol en Japón, un país en el que hasta ahora ese deporte no tenía un sitial predominante.
Las buenas perspectivas que se abren en el mercado asiático son un bálsamo para Adidas, que en los últimos tiempos sufrió también el efecto de los problemas económicos internacionales. "La crisis en Argentina y Brasil, así como la devaluación en Turquía, redujeron nuestras ganancia en mayo en un millón de euros", admite el ejecutivo. Pese a todo, Hainer confía en lograr los objetivos globales trazados para el 2002, de incrementar las ganancias entre un 5 y un 10%.
El boom de las apuestas
Otro rubro que hizo hecho un gran negocio con el Mundial es el de las oficinas de apuestas. Pese a la persistente crisis económica mundial, o quizá debido indirectamente a ella, se registra un verdadero boom entre los apostadores.
"Concluimos este Mundial con ganancias. En comparación con el de Francia, incrementamos nuestro volumen de negocios en un 20%", afirma encantado el gerente de la agencia de apuestas austríaca Intertops. De haber ganado Alemania, los clientes habrían triplicado la suma apostada. Para quienes confiaron su dinero al triunfo de Brasil, la inversión sólo se duplicó.
Favorable fue el resultado, en consecuencia, para el gerente de la agencia. Reconoce, sin embargo que también hubo momentos en que tuvo que ponerse a temblar. El culpable fue el alemán Miroslav Klose quien, a mediados del torneo, amenazaba con convertirse en el máximo goleador. Si lo hubiera logrado, quienes apostaron por él antes del inicio del Mundial habrían recibido 280 euros por cada 10 invertidos. Y eso habría significado una pérdida de 300 mil euros para la agencia. Por fortuna para Intertops, y para Brasil, el rey indiscutido del torneo lleva la camiseta brasileña, con el número 9: Ronaldo.