En la Península del Yucatán, en México, existen 257 granjas porcinas, de las cuales 43 están en áreas protegidas, según Greenpeace. Los excrementos de los cerdos pueden contaminar los acuíferos y ponen en peligro los cenotes, lugares sagrados para los mayas e importante fuente de agua para la población. Un grupo de ciudadanos se ha movilizado para lograr el cierre de las granjas.