¿Hoy Irak, mañana Afganistán?
1 de septiembre de 2010
En Alemania se reaccionó con reserva a la declaración oficial del fin de los combates en Irak, hecha este martes (31.8.2010) por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante un discurso televisado. Solemne, aunque sin viso alguno de triunfalismo, la alocución de Obama se transmitió desde el Despacho Oval, el mismo lugar en el que su predecesor, George W. Bush, anunció hace siete años el inicio de la intervención militar conocida como la “Segunda Guerra del Golfo”, la “guerra de Irak”, la “ocupación de Irak”, la “Operación Telic”, o la “Operación Libertad Iraquí“.
Alemania, con la mente en Afganistán…
La respuesta de Berlín al anuncio de que el ejército estadounidense abandonaría Afganistán a partir de agosto de 2011 fue más expresiva: Michael Steiner, encargado de los asuntos relacionados con Afganistán y Pakistán en nombre del Gobierno federal de Alemania, aplaudió la decisión de Obama de cara a Irak, pero le dio mayor importancia a la futura retirada de Afganistán. “[Obama] dijo que la transferencia de responsabilidades en materia de seguridad comenzaría el año próximo, tal como lo exigieron los propios afganos”, comentó Steiner durante una entrevista para Deutschlandradio Kultur, señalando que el presidente aprecia la situación de ese país desde la misma perspectiva que el Gobierno alemán.
“Nosotros no queremos quedarnos en Afganistán más tiempo del necesario, pero tampoco queremos irnos antes de que Afganistán se haya estabilizado”, agregó Steiner. Está por verse cómo se definirá esa estabilidad y si el desarrollo de los acontecimientos seguirá recibiendo cobertura mediática cuando a las tropas aliadas les llegue la hora de partir; después de todo, Estados Unidos sale de Irak sin que las autoridades de Bagdad den la impresión de tener control sobre la situación general del país. El contingente militar que hoy abandona Irak se sumará al que está estacionado en Afganistán, pero la lucha contra el terrorismo que lleva el sello de Al Qaeda es, por sí sola, una tarea titánica, ¿bastarán los esfuerzos para propiciar la estabilidad política en Afganistán?
…y en los negocios
Pero Irak no es un tópico que le incumba exclusivamente al estamento político o al castrense; en Alemania también se anticipa con prudencia el efecto que la retirada militar estadounidense podría tener sobre los negocios de los comerciantes e industriales en ese país del Medio Oriente y, de momento, nadie expresa demasiado optimismo: voceros de la Asociación Federal de la Industria Alemana (BDI, son sus siglas en alemán) recomiendan esperar y mantener una actitud vigilante ahora que los iraquíes deben asumir por completo la responsabilidad de garantizar la seguridad en la región.
El mismo día en que Obama anunció el final de la guerra de Irak, el experto para el Medio Oriente de la Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio, Felix Neugart, dijo que aunque el estado de la seguridad había mejorado notablemente en los últimos dos años, la más reciente serie de atentados obliga a preguntarse si los timoneles del país podrán conducirlo realmente por la senda que lleva a la pacificación nacional. El sector económico alemán tiene poca confianza en la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes y del Gobierno formado hace medio año para ponerle coto a la violencia.
Soñando con el Irak de antaño
Considerando que el derrocamiento del dictador Saddam Hussein inspiró grandes expectativas de negocios que nunca se cumplieron, no extraña que ahora el capital germano reaccione tan fríamente al final de las operaciones de combate en Irak; en aquel momento se tenía la esperanza de que las relaciones comerciales entre ese país y Alemania recuperaran el esplendor que las caracterizó en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, cuando generaban dividendos anuales de miles de millones y no había proyecto de construcción de infraestructura en el que no estuviera involucrada una empresa alemana.
Puede que las actuales ganancias de los exportadores alemanes palidezcan en comparación con las obtenidas antes de la guerra; pero no todos los que tuvieron que ver con Irak durante la misión militar de los últimos siete años se pueden quejar de haber sufrido graves pérdidas materiales. Por ejemplo, el ex Primer Ministro británico, Tony Blair, recibió un adelanto de 5,6 millones de euros por sus memorias, publicadas este miércoles (1.9.2010) y los episodios dedicados a Irak –emblema de sus diez años en el poder y razón principal para comprar el libro– ocupan un número significativo de sus páginas.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters / epd / apn
Editora: Emilia Rojas Sasse