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FN y AfD: ¿hermanos, parientes o extraños?

Christoph Hasselbach (JAG/ERS)12 de septiembre de 2016

El Frente Nacional francés y Alternativa para Alemania tienen algunos puntos en común, pero también otros que les separan. En Francia y Alemania, la derecha gana posiciones de cara a las elecciones de 2017.

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Imagen: Getty Images/AFP/L. Bonaventure/J. MacDougall

Cuando Alternativa para Alemania (AfD) consiguió el 21% de los votos en las elecciones al parlamento de Meckleburgo - Antepomerania, superando a la CDU, Marine Le Pen tuiteó: “Los patriotas de la AfD han ganado al partido de Merkel. ¡Felicidades!”.

Realmente, Marine Le Pen no necesita ayuda del exterior, porque en las urnas cosecha éxito tras éxito. En las últimas elecciones europeas, el Frente Nacional fue el partido más votado. Un buen resultado que recuerda al que antaño consiguió su padre, Jean-Marie Le Pen, en las presidenciales de 2002. Entonces, su candidatura salió derrotada en segunda ronda frente a Jacques Chirac, porque para la mayoría de los franceses el antisemita Le Pen era inelegible. Para él, las cámaras de gas del nacionalsocialismo fueron solo un detalle de la historia de la II Guerra Mundial. Y cuando su hija Marine tomó las riendas del partido en 2011, fue despojándole poco a poco del poder para, al final, expulsarlo del partido por graves irregularidades. Desde entonces, ella ha moderado su discurso, una estrategia con la que parece tener éxito.

Miedo a la globalización

Aún así, sus posiciones continúan siendo radicales, defendiendo la vuelta al franco y la salida de la OTAN, además de la celebración de un referéndum sobre la pertenencia a la Unión Europea. También pretende recortar la ayuda social a los “no franceses” y que la ciudadanía solo pueda ser recibida por razón de origen o por méritos conseguidos, y no solo por el hecho de haber nacido en territorio francés.

Al igual que los electores de AfD y otros partidos de derecha, los del Frente Nacional tienen miedo a la globalización y a la pérdida de poder del Estado. Y este miedo aumentó aún más con la crisis de los refugiados. Nicolas Lebourg, investigador francés sobre radicalismos, cree que la derecha populista se aprovecha de la migración por la confluencia de varias crisis, entre las que también se encuentran la crisis financiera y la crisis de Europa. Para Jean-Dominique Giulani, presidente de la Fundación Robert-Schuman en París, los votos de la derecha populista son “una reacción a la falta de respuestas creíbles en Europa y una protesta contra los Estados que no encuentran soluciones a las preocupaciones de la gente”. La inmigración y las cuestiones de identidad, continúa Giulani, se han convertido en los principales temas de los populistas.

Cartel electoral del Frente Nacional en París.
Cartel electoral del Frente Nacional en París.Imagen: picture-alliance/dpa/C. Petit Tesson

En busca de contactos internacionales

Hasta hora, la AfD se mantuvo distante del Frente Nacional. Aunque Marcus Pretzell, eurodiputado de la AFD, se uniese al grupo “Europa de las Naciones”, su pareja y co presidenta de AfD, Frauke Petry, nunca se encontró con Marine Le Pen. Claire Demesmay, francesa de la Sociedad Alemana de Política Exterior, considera que “AfD no ganaría mucho acercándose al Frente Nacional”: En Alemania, el FN está catalogado como de derecha radical. Y un partido relacionado con el antisemitismo no es algo que sirva para ganar puntos en Alemania. Aún así, ambas formaciones tienen similitudes en los temas y la orientación.

Por otra parte, para una política que aspira a la presidencia francesa es importante “mostrar que tiene contactos y cierto reconocimiento a nivel internacional”. Como contrapeso a la UE, el Frente Nacional aspira a una coalición de Rusia, Francia y Alemania, que ejerza su dominio como una especie de triunvirato, apunta Demesmay. Y para este proyecto, el interlocutor en Alemania sería la AfD.

Pese a su continuo avance en Alemania, la AfD todavía tiene un papel pequeño. Por el contrario, Marine Le Pen aspira a entrar en el Eliseo y las encuestas indican que podría ser incluso la candidata con mayor cantidad de votos. Sin embargo, el resultado también depende de los otros candidatos y, ante la falta de posibilidades de Francois Hollande y su partido, Le Pen se tendrá que batirse probablemente con un conservador republicano como Nicolas Sarkozy o Alain Juppe. En ese caso, los expertos ven probable que se produzca el mismo fenómeno que en 2002, cuando el padre de Marine perdió contra Chirac. Considerando que cualquier votante de izquierdas estaría dispuesto a votar por un candidato conservador republicano para impedir el ascenso de Le Pen al poder, todos los cálculos apuntan a que será un republicano el que entre en el palacio del Eliseo.

Claire Demesmay coincide también en que las posibilidades de ver a Marie Le Pen como presidenta son prácticamente nulas. Por el contrario, sí ve probable “que otros partidos adopten algunas ideas del Frente Nacional”. En parte, ya ha sucedido y para ella, “ese es el peligro real e inmediato”.