Horst Seehofer: ¿nuevo emperador bávaro?
27 de octubre de 2008
El parlamento regional de Baviera (Landtag), eligió por amplia mayoría al cristiano social Horst Seehofer como primer ministro de Baviera, uno de los estados más prósperos y pintorescos de Alemania. Se esperaba el triunfo de Seehofer, un hombre de 1.90 de estatura, que representa ahora la esperanza del partido aliado de Angela Merkel. De un total de 184 diputados, 104 votaron por Seehofer y 71 votaron en contra. Siete se abstuvieron y dos votos fueron anulados. Seehofer llegará al gobierno del Estado federado de la mano del partido liberal, lo que es una primicia en la constelación política regional toda vez que es la primera vez en 46 años que la CSU se ve forzada a forjar una coalición.
Seehofer, quien había fungido como ministro de Agricultura y de Protección al Consumidor en el gabinete de Merkel fue electo previamente por sus correligionarios para ocupar los cargos de líder de su partido y de primer ministro, que lo convierten en el hombre más fuerte de la formación después del descalabro electoral sufrido el pasado 28 de septiembre.
El descalabro del 43%
Los simpatizantes de cualquier otro partido político europeo estallarían de júbilo si su partido ganara el 43% de los votos en unas elecciones regionales. Eso fue un drama de dimensiones históricas para la Unión Social Cristiana (CSU), pues fue el peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial y no faltaron la rabia y las lágrimas, pero en las derrotas también hay oportunidades. Eso abrió el paso al triunfo inesperado de Seehofer al frente de la formación y del gobierno.
Desde 1966, la CSU rebasaba con holgura el listón del 50% de los votos, manteniendo durante años a un primer ministro que adquiría un halo de emperador. El legendario Franz Josef Strauss gobernó el Estado desde 1978 hasta su muerte, diez años después.
Su sucesor, Edmund Stoiber solía decir que Strauss era el mejor político que había tenido Alemania. Pero precisamente la caída de Stoiber es vista por muchos como la causa del hundimiento de la CSU. Tras 14 años como jefe de gobierno Stoiber tuvo que dimitir en 1997 después de sucesivos tropiezos y una serie de críticas por parte de sus correligionarios. El poder se repartió, no sin tensión, entre Günther Beckstein, presidente bávaro a partir de esa fecha, y Erwin Huber, líder del partido. Las elecciones del 28 de septiembre confirmaron lo que muchos temían. La bicefalia no pegó bien en Baviera, ni tampoco le hizo bien a la CSU.
Expertos advierten, sin embargo, que Baviera es uno de los Estados más particulares de Alemania, que une a alta tecnología con folclor, a la provincia conservadora y al mayor polo turístico alemán y por ello es muy difícil que la prueba electoral bávara pueda aplicarse a nivel nacional de cara a las elecciones generales en el 2009.