Israel camina por la cuerda floja con sus vecinos árabes
4 de enero de 2023La visita del martes a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén por el nuevo ministro israelí de Seguridad, Itamar Ben Gvir, ha sido descrita por algunos palestinos como una provocación y un posible precursor de un intento de hacerse con el control total del recinto, que alberga la sagrada mezquita islámica de Al Aqsa. La visita fue condenada por Alemania, Estados Unidos y los vecinos regionales Jordania y Egipto, que firmaron acuerdos de paz con Israel hace décadas, así como por los signatarios de los acuerdos de normalización 2020-21 conocidos como Acuerdos de Abraham, Marruecos, Bahréin, Sudán y Emiratos Árabes Unidos. Estos últimos pidieron el cese de las "graves y provocadoras violaciones" de la soberanía palestina por parte de funcionarios israelíes.
A su vez, el reelegido primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró en una declaración posterior el martes que el "statu quo" del lugar sagrado, que está bajo custodia de Jordania, permanece inalterado.
Aunque este mensaje estaba claramente destinado a desescalar la situación en la región en general y, especialmente, dentro de Israel y los territorios palestinos, solo el final de la semana mostrará si las palabras recibieron crédito.
El lugar, también conocido como la Cúpula de la Roca, ha sido escenario de frecuentes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad israelíes y musulmanes, el último de ellos en abril.
Objetivos de política exterior
"Cualquier paso hacia la anexión formal o que socave el statu quo en el Haram al-Sharif, o Monte del Templo, podría poner en entredicho la capacidad de Israel para mantener los Acuerdos de Abraham y atraer a nuevos miembros, como Arabia Saudí", declaró a DW Hugh Lovatt, investigador del Comité Europeo de Política Exterior (EFCR).
Mientras tanto, los observadores coinciden en que Netanyahu estaría más que encantado de desviar la atención del lugar sagrado de Jerusalén y centrarse en cambio en objetivos de política exterior. "A saber, marginar a los palestinos en la escena regional e internacional, al tiempo que se consolida un frente árabe proisraelí antiiraní", afirmó Lovatt, del ECFR.
Peter Lintl, colaborador de la Fundación Ciencia y Política (SWP), con sede en Berlín, comparte esta opinión. "Netanyahu preferiría distraer la atención de su coalición de partidos de derecha y derecha radical al pedir ayuda a la comunidad internacional con otro 'acuerdo de paz' en lugar de centrarse en la situación de Israel y los territorios palestinos", declaró a DW.
Aliados contra Irán
"El nuevo gobierno israelí tiene un interés central en ampliar los acuerdos de normalización a Arabia Saudí en particular", afirmó Lintl.
"Israel ya mantiene diversos lazos con Arabia Saudí, como la cooperación en materia de inteligencia, pero ambas partes también se beneficiarían sin duda económicamente [de la intensificación o normalización de las relaciones]", añadió.
A su vez, la reacción de condena de Arabia Saudí a la visita de Ben Gvir al lugar sagrado no será tomada a la ligera por el gobierno israelí. Sin embargo, tampoco tendrán que temer un deseo saudí de escalada.
"Arabia Saudí considera positivo el regreso de Benjamín Netanyahu, en particular en lo que respecta a la contención de Irán", declaró a DW Sebastian Sons, investigador del grupo de reflexión Centro de Investigación Aplicada en Asociación con Oriente (Carpo), con sede en Bonn.
"Creo que la normalización con Israel es poco probable antes del fallecimiento del rey Salman, independientemente de quién gobierne Israel, y la normalización tampoco se produce automáticamente bajo Muhamed bin Salman", dijo Sons.
A su vez, Israel seguirá caminando por la cuerda floja con Arabia Saudí, y posiblemente también con Emiratos Árabes Unidos, que firmó el acuerdo de normalización en agosto de 2020.
(gg)