La amalgama en la dentadura sigue siendo un riesgo y una gran duda
5 de abril de 2008Por más de 12 años un grupo de científicos de la Universidad de Munich estuvo analizando si las calzas de amalgama afectan la salud de sus portadores. El resultado no podía ser más desconcertante: aún no se puede afirmar con certeza que, en efecto, la amalgama es nociva, pero tampoco que no lo es. Así que lo único que le queda a los portadores de amalgama en uno o muchos dientes es la incertidumbre diaria: ¿lo estará intoxicando, lenta pero constantemente, la amalgama?
Unos 5.000 portadores de rellenos dentales de amalgama fueron entrevistados y examinados durante el estudio que se llevó a cabo a largo plazo, por poco más de una década. Un tiempo después del cual, los científicos no pudieron llegar a un consenso general sobre si, realmente, la amalgama es nociva para la salud.
¿Males físicos o temores psíquicos?
Los investigadores no pudieron establecer una relación directa y clara entre el número de calzas de amalgama y el comienzo de la presencia de determinados síntomas, concluye el estudio. Una parte de la investigación certifica empero que, “algunos pacientes expresaron sufrir algunas dificultades desde el momento en que les fue implantada la amalgama”, dice Wolfgang Weidenhammer, de la Clínica de Munich (Münchner Klinikum rechts der Isar). Igualmente, después de habérsele retirado la amalgama a varias personas, éstas reportaron dejar de sentir los males que las empezaron a aquejar tras la implementación de amalgama como relleno de dientes atacados por la caries.
Los científicos también tuvieron en cuenta otro aspecto controvertido por otros expertos: a pacientes que llevaban varios años presentando síntomas desagradables, tan pronto se les retiró la amalgama reportaron sentirse inmediatamente mejor. El proceso de taladro de la amalgama para su extracción ocasionaría empero lo contrario, o sea, que debido a la corta pero intensiva exposición al mercurio que implica la extracción del material en cuestión, los síntomas que decían sentir los afectados, deberían, en realidad, presentarse más fuertemente justo después de dicha exposición.
Consenso hay en que el mercurio acumulado en los órganos humanos se tarda meses, y hasta años, para abandonar el organismo.
Dudas y temores en torno a la amalgama son grandes
Y no es para más. Al fin y al cabo la amalgama es una parte de la aleación conocida como mercurio, un metal altamente tóxico. A menudo, antiguos pacientes odontológicos a quienes les es implantada amalgama dicen sufrir dolores de cabeza, cansancio, tener problemas de concentración, ansiedad. También neuralgias y dificultades para dormir son atribuidas a la amalgama. Un producto metálico que, como asume algunos, podría incluso crear graves daños en niños; tanto que su desarrollo podría ser impedido creando autismo, múltiple esclerosis. El síndrome de Alzheimer es otra de las graves consecuencias que la amalgama, según sus críticos, podrían generar en las personas.
¿Y ahora?
La amalgama, en efecto, puede ser absorbida por los pulmones y ser transportada hacia los riñones y el sistema nervioso. Pero Dieter Melchart, del Münchner Klinikum rechts der Isar, y uno de los autores del estudio advierte que “los cerca de 300 síntomas atribuidos a la amalgama son muy indeterminados y se dan a menudo en los países industrializados”.
Por último, una de las conclusiones de relevancia es que en pleno siglo XXI sigue faltando un método universal con el cual diagnosticar la incidencia, neutral o maligna, de la amalgama en los seres humanos.
Comprobado ya estaba que la amalgama ocasiona unos 100 tipos de alergias.