La ONU y los Países Bajos en el banquillo
18 de junio de 2008“Queremos que tanto Naciones Unidas como el Estado de los Países Bajos sean declarados co-responsables del genocidio cometido en Srebrenica en julio de 1995”, afirma el abogado Axel Hagedorn, en conversación con DW-WORLD. Hagedorn representa a la organización Madres de Srebrenica, integrada por unas 6 mil víctimas y sobrevivientes de la masacre que cercenó la vida de unos 8.000 musulmanes a manos de las milicias serbobosnias en julio de 1995.
El enclave de Srebrenica se encontraba a la sazón bajo la exigua protección de cascos azules holandeses cuando fuerzas comandadas por el sanguinario y nacionalista general Ratko Mladic separaron a hombres y niños de las mujeres para matar a los varones en los alrededores. Aunque se responsabiliza a Mladic de la matanza, y éste sigue prófugo de la justicia, los testimonios de sobrevivientes, así como reportes de distintos organismos reconocen fallas en la misión de paz de la ONU e incluso hablan de una colaboración entre los cascos azules holandeses y las milicias serbobosnias de Mladic.
Defensa de los derechos humanos
“El Estado holandés ha reconocido el proceso judicial y ha declarado su disposición a hacerle frente, a defenderse de las acusaciones. Pero la ONU a través del Estado holandés invoca su estatus de inmunidad, con lo que no se puede comprobar si la ONU cometió una falta o no, lo que nosotros consideramos inaceptable”, afirma Hagedorn quien se muestra seguro de que sus clientes ganarán el proceso aunque dure varios años y concluya ante la última instancia: la Corte Europea para los Derechos Humanos.
Hagedorn dirige el departamento internacional del bufete de abogados Van Diepen Van der Kroef, uno de los más importantes de los Países Bajos e insiste que no se trata de debilitar a la ONU sino de definir las responsabilidades a la Organización Mundial. “La ONU está obligada, según su carta de fundación, a comprometerse en la defensa de los derechos humanos y no puede ser que cuando se comete un genocidio en el marco de una misión bajo un mandato suyo ésta se esconda detrás de su estatus de inmunidad”, afirma.
Un largo proceso
El abogado critica que la ONU, por así decirlo, establezca sus propias leyes a través de sus resoluciones, que envíe tropas a sus misiones y que luego impida todo control jurídico de su gestión. “Eso tiene estructuras dictatoriales, por eso es importante determinar los límites”, afirma el jurista. “En nuestra opinión al presentarse un caso de genocidio se ha alcanzado todo límite en el que puede defenderse el estatus de inmunidad”.
A la pregunta de si el Estado holandés otorgará algún día una indemnización a las víctimas, Hagedorn responde que hasta ahora tanto la ONU como los países Bajos han rechazado toda oferta de diálogo con las víctimas. “Mientras no haya un fallo del Tribunal los Países Bajos no estarán dispuestos a hacer ningún compromiso”. Si se considera que ha tomado un año llegar a la primera audiencia que tan sólo definirá la cuestión de inmunidad, el proceso que cuenta con un expediente de unas 10.000 hojas se prolongará durante 10 o 12 años más.
“Ese es en realidad el escándalo, que el Estado holandés y la ONU están haciendo tiempo, es un escándalo que se actúe de esta manera en el primer caso de genocidio tras la Segunda Guerra Mundial en territorio europeo. Es una vergüenza”.