La sequía diezma a los búfalos de agua en Irak
La actual sequía en Irak les está haciendo la vida cada vez más difícil a los agricultores y a los pastores. Sobre todo, peligra el futuro de los niños que ayudan a sus padres en el trabajo.
El cuidado de los animales es vital
Mustafa Ahmed, de 13 años, acaricia a un búfalo de agua antes de darle de comer. Cuida el rebaño de su padre en la provincia meridional iraquí de Nayaf, donde su familia lleva generaciones criando animales. Viven en un paisaje devastado por el embalse de los dos ríos principales, el Éufrates y el Tigris, por la caída de las lluvias, y por décadas de conflicto.
Pastor de búfalos con corazón
El padre de Ahmed, Ahmed Abdul Hussein, nos cuenta que la grave escasez de agua los obliga a vender a los búfalos de agua uno tras otro. Para su hijo, es un asunto desgarrador, porque quiere mucho a los animales. Hace poco perdieron un ternero de dos meses. No sobrevivió a la sequía. "Ahora nos quedan nueve", dice el chico de 13 años.
Mala calidad del agua
Estos búfalos beben del río Al-Shallal, casi seco, en las afueras de Nayaf. La calidad del agua de Nayaf es una de las peores de Irak, afirma Nadhir Al-Ansari, profesor de la Universidad Técnica de Lulea (Suecia). Las aguas residuales sin tratar y los fertilizantes químicos vertidos en el río, aguas arriba, están haciendo que el agua sea cada vez menos potable.
Pastoreo en medio del polvo
Un grupo de niños pastorean un rebaño de búfalos de agua en la estepa seca y polvorienta del cercano distrito de Umm Khashm. Aquí, el número de búfalos de agua ha descendido de 15.000 a 9.000 en cinco años, afirma el alcalde local, Meshtaq Sebar.
Puro agotamiento
Un búfalo yace exhausto en el suelo por el calor. En Al-Mishkhab, el paisaje se ha vuelto árido y los animales de Abdul Hussein tienen que enfrentarse al polvo que se levanta de las tierras de cultivo abandonadas. Además, apenas hay agua para refrescarlos. Sufren de sed. Debido a la escasez de agua contaminada, los animales sufren a menudo infecciones por su sistema inmunitario debilitado.
No hay leche sin pienso
Mustafa Ahmed ordeña una búfala de agua. Además de la falta de agua, el drástico descenso de la producción agrícola está provocando una subida de los precios del pienso, y los animales ya no pueden alimentarse adecuadamente. "Si la búfala no come, no produce leche", dice su padre, Abdul Hussein. Ya no puede pagar el caro forraje importado.
Preocupados por el futuro
Unos niños juegan con búfalos de agua en un recinto. Las perspectivas de futuro no son nada halagüeñas. Abdul Hussein dice que sacó hace años a sus hijos de la escuela para que pudieran ayudarle con el rebaño. "Eso es lo que más lamento", cuenta. No sabe cuánto tiempo más podrá mantener a los animales. "Tal vez en unos meses todo habrá terminado", dice.