La última víctima del Muro
5 de febrero de 2009
Chris Gueffroy cometió un error fatal en febrero de 1989, al atreverse a emprender un intento de escape. Un soldado amigo le había comentado que la orden de disparar a quienes trataran de huir había sido suspendida. El camarero, de veinte años, se sentía constreñido en la RDA, y con la amenaza del servicio militar a sus espaldas, decidió escapar junto con un amigo.
En la tarde del 5 de febrero de 1989, ambos jóvenes se escondieron en un huerto, situado directamente en la frontera. Sin más ayuda que el mutuo apoyo y la fuerza de sus músculos, intentaron trepar el Muro, haciendo saltar las alarmas.
Testigos oculares occidentales relataron luego que escucharon al menos diez disparos, y vieron a continuación cómo las tropas se llevaban a un hombre. Chris Gueffroy murió a los pocos minutos. Su amigo logró sobrevivir, gravemente herido, y fue llevado a prisión.
Cortinas de humo
Las autoridades de la RDA intentaron silenciar la muerte de Gueffroy. En una carta a Erich Honnecker, Erich Mielke, el ministro de la Seguridad Estatal (Stasi), explicó que había tomado medidas para “prevenir cualquier perturbación en la RDA. Entre otras, el limitar al máximo la información para los familiares”.
Dos días después, la familia fue informada de la muerte de su hijo. “Ha fallecido”, explicó vagamente la Stasi, “por transgredir un área militar restringida”. No obstante, la familia Gueffroy vivía en las cercanías del Muro y había oído los disparos nocturnos.
La reacción de los medios
Dos semanas más tarde, los parientes publicaron la esquela en el Berliner Zeitung, en la que se hablaba de un “accidente”, de acuerdo con la norma prescrita. Al funeral acudieron multitud de reporteros de la parte occidental. La emisora de radio de Berlín del Oeste emitió esa tarde la siguiente información: “Las vagas explicaciones sobre la forma en la que Chris cerró sus ojos para siempre se repitieron en el discurso pronunciado en el funeral en la tarde de hoy. No se ha oído nada más sobre la causa oficial de su muerte. Fuerzas de la Seguridad Estatal se habían distribuido por el cementerio tempranamente. Algunos de estos civiles incluso estuvieron presentes durante la fúnebre.”
Una memoria que pervive
Chris Gueffroy fue la última víctima del Muro. Éste desaparecería medio año después. El soldado que disparó a Chris Gueffroy fue condenado a tres años de cárcel a principios de los años 90. En 1997, el último politburó de la RDA tuvo que responder por la orden de disparar en el Muro. El sucesor de Honecker, Egon Krenz, fue condenado a seis años y medio de cárcel.
La madre de Chris Gueffroy estuvo presente en el proceso: “Nunca será suficiente, pero al menos es una parte de lo que siempre hemos deseado: justicia. Lo que siempre se nos había denegado.”
En el lugar donde Chris Gueffroy intentó cruzar el Muro, pasan hoy en día transeúntes y ciclistas. La franja del Muro de Berlín se ha transformado en un parque, con una estatua conmemorativa en recuerdo del último joven que fue abatido. Ésta fue erigida, por encargo del Senado berlinés, en junio de 2003: en su 35º cumpleaños.