Las mejores vistas panorámicas de Berlín

La Siegessäule, en la glorieta conocida como “Großer Stern”, ofrece una vista perfecta del Tiergarten, el Reichstag y la torre de la televisión. 285 escalones conducen a la cima, que está coronada por una escultura de oro. El monumento conmemora las victorias de Prusia contra Dinamarca, Austria y Francia en el siglo XIX. Quien quiera disfrutar de la vista tiene que pagar 3 euros.

La reina de todas las vistas de Berlín es el mirador del edificio más alto, la torre de televisión (Fernsehturm) de la Alexanderplatz. Cuando hace buen tiempo, se puede ver hasta 80 kilómetros desde aquí, a una altura de 203 metros. Cada año, más de un millón de visitantes de todo el mundo acuden a Berlín. Para evitar largas colas, es aconsejable reservar entrada a los miradores con antelación.

El piso de la torre de televisión tiene una desventaja: no se puede ver el edificio en sí. Quienes deseen fotografiar la torre desde el exterior pueden hacerlo desde la plataforma de observación de 120 metros de altura del Park Inn. El hotel está situado en el lado opuesto de la Alexanderplatz. El precio de la entrada es de 4 euros.

El ascensor más rápido de Europa lleva a los huéspedes al Café Panorama, en la Torre Kollhoff de la Potsdamer Platz, en sólo 20 segundos. Una exposición al aire libre ofrece información sobre la historia de la Potsdamer Platz y permite comparar su aspecto, antes y ahora. El precio de la entrada es de 7,50 euros. Allí lo espera un sabroso café con torta.

El globo ofrece una vista muy especial, no muy lejos del Checkpoint Charlie. Durante el vuelo de 15 minutos, los pasajeros pueden ver el centro de Berlín con la Puerta de Brandenburgo y el Reichstag a diferentes alturas. El globo asciende 150 metros. Como el ascenso depende de las condiciones meteorológicas, el billete es válido por 3 años. Un viaje para adultos cuesta 25 euros.

Desde el monumento nacional de las guerras de liberación en Kreuzberg se obtiene una increíble panorámica del barrio del mismo nombre, y gratis. Aunque en verano los árboles del Viktoriapark bloquean un poco la vista. Pero aquí no sólo cuenta el panorama, sino también la subida, porque por el camino baja una romántica cascada.

Berlín no sólo tiene barrios densamente construidos, sino que también cuenta con muchos espacios verdes. Alrededor de la Müggelturm se extienden los amplios bosques de Köpenick. Si no quiere subir a la torre de observación -después de todo, hay 126 escalones hasta la cima y la entrada cuesta 4 euros- puede ponerse cómodo en la terraza del restaurante.

El Monkey Bar del Hotel 25 Hours (izquierda), en el City West, es un clásico. Aquí, a menudo hay que esperar delante del ascensor hasta que haya suficiente espacio para subir. Pero no solo su ambiente y sus bebidas lo han hecho popular, sino también la vista. Desde aquí se puede ver el zoológico y la Breitscheidplatz, con la Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche y la Bikini-Haus (derecha).

No es la “montaña del dragón” sino, en realidad, la "montaña de las cometas". Está situada en Grunewald y fue creada con escombros acumulados de la Segunda Guerra Mundial. Recibió su nombre de los muchos berlineses que vuelan allí sus barriletes los fines de semana. Pero también hay gente que viene simplemente a disfrutar del paisaje.

Desde el Drachenberg se puede avistar el Funkturm, la torre de radio de Berlín. Tiene una altura de casi 150 metros y se encuentra en el recinto ferial, al oeste de la ciudad. Un ascensor lleva a los visitantes por el centro de la torre hasta una plataforma de observación. Ese es el momento de dejar vagar los ojos y de disfrutar de Berlín, de día y de noche.