Los alemanes y sus nombres
20 de diciembre de 2002Érase una vez una época en la que resultaba relativamente fácil reconocer a un alemán por su nombre. Todos parecían llamarse Heinrich, Wilhelm, Ludwig, Josef, Siegfried, o cualquier otra cosa a condición que sonara rara y terminara en consonante. La abundancia de esas consonantes provocaba serias dificultades para las lenguas latinas.
Fue la Segunda Guerra Mundial la que marcó la gran cesura. Evidentemente los alemanes no tenían ya muchas ganas de llamar a sus hijos Heinrich o Gertrud, menos todavía Adolf. El culto de los germanos, tan celebrado por los nazis, fue a parar al basurero de la historia.
Bestseller Biblia
La Sociedad de la lengua alemana (GfdS), en Wiesbaden, publica desde la posguerra cada año la lista de los nombres más populares en Alemania. Desde ese entonces se registran cada vez más nombres procedentes del viejo o nuevo testamento.
En los años 60 empezó la popularidad de los nombres bíblicos con los primeros chicos llamados Stefan, Thomas y Michael. En los años 50 y 60 aparecieron Andreas, Peter, Martin y Christian. En la década de lo 70, los nombres más populares entre los chicos fueron Markus, Daniel y Tobias. En los años 80 abundaron los Sebastian, Benjamin, Florian y Philipp.
Las niñas obedecían (o no) al escuchar el nombre Susanne, Petra, Andrea, Martina, Gabriele o Christiane. Posteriormente se popularizaron Stefanie, Daniela y en los años 80 Katherina y Anna.
En los últimos años ya apenas se encuentra nombres propiamente germanos en la lista de popularidad: Marie y Maria, Leon, Sophie, Anna y Anne, Alexander, Lukas, Tim, Jan, Daniel. Algunos de los nombres parecen cada vez más rebuscados.
Jaden, el de Jericó
Precisamente los famosos no se quedan al margen de esta tendencia. Los hijos de Boris Becker se llaman Elias Balthasar y Noah Gabriel. La ex tenista Steffi Graf y su marido, Andre Agassi, bautizaron a su hijo con el maravilloso pero extremamente extraño nombre de Jaden. Proviene del viejo testamento – originalmente Jadon – y se trata de un personaje amable que ayudó a reconstruir los muros de Jericó.
En la universidad de Heidelberg, el germanista Wilfried Seibecke (obviamente un señor de avanzada edad) afirma que los tenistas seguramente no escogieron el nombre por implicaciones religiosas sino porque simplemente sonaba bien. La Biblia ofrece una gama infinita de esos nombres y por eso son tan populares, dice Seibecke.
Hola Cookie
La última tendencia es buscar la inspiración para el recién nacido en Internet. No tendremos por tanto que esperar demasiado tiempo hasta que nos encontremos con jóvenes que se llaman Cookie, Linux, Applet, o B2B.
Esa manía por la tecnología proseguirá hasta que algún buen día una madre lleve a su recién nacido al párroco y le pida ponerle el nombre de... Heinrich.