Los miles de millones escondidos del Bundesbank
En algún momento, el búnker del Bundesbank en Cochem almacenaba dinero de emergencia para usar en caso de una crisis. Era tan secreto que supuestamente ni los vecinos lo sabían. Hoy es un museo.
Bien escondido: la entrada del búnker
Disfrazado como escuela y centro de recreación del Bundesbank, el banco central de Alemania, el búnker fue construido entre 1962 y 1964 bajo un terreno de 8.700 metros cuadrados en una zona residencial de Cochem, en el estado de Renania-Palatinado. La población sospechaba que había un búnker, pero el propósito de la instalación era completamente desconocido, incluso para los vecinos directos.
30 metros bajo tierra
La ubicación se eligió deliberadamente en ese momento: se esperaba que el valle del río Mosela proporcionara una buena protección contra una onda expansiva nuclear. Hasta 15.000 millones de marcos alemanes (7.600 millones de euros al tipo de cambio actual) de una moneda de emergencia se almacenó en la entonces instalación ultrasecreta.
Moneda de emergencia en caso de crisis
Durante la Guerra Fría, el gobierno federal temía que grandes cantidades de dinero falso entraran de contrabando en el país. Las consecuencias habrían sido devastadoras: si se perdía la confianza en el marco alemán, toda la economía nacional podría colapsar. Por lo tanto, se decidió imprimir una moneda sustituta paralela, el BBK II.
Detrás de gruesas puertas de acero
Solo unos pocos empleados del Bundesbank podían ingresar a la bóveda. La combinación y la llave se almacenaban en Frankfurt. Para mayor protección, se instalaron sensores en las paredes que reaccionaban al ruido y las vibraciones. Cuando se disparaba una alarma, la policía local era notificada automáticamente, pero tampoco sabía qué había en el búnker.
Alijo secreto
Alrededor de 15 mil millones de esta moneda secreta se almacenaron en cajas en el búnker de Cochem en billetes de 10, 20, 50 y 100 marcos alemanes. En caso de emergencia, se habrían retirado los antiguos billetes de marcos alemanes y se habría emitido la serie de reemplazo. Cada tres meses, los empleados del Bundesbank de Frankfurt revisaban aleatoriamente los inventarios.
Tecnología de otro tiempo
No solo el dinero habría estado a salvo en Cochem: en caso de una guerra nuclear, habría sido posible sobrevivir por dos semanas en el búnker. Había un enlace directo de radio con el Ministerio Federal del Interior en Bonn, generadores diésel para electricidad, 18.000 litros de combustible y un pozo profundo con un tanque de 40.000 litros para suministrar agua potable.
Protección para civiles
En caso de emergencia, el búnker podría haber albergado a 80 civiles. Había dormitorios, salas de trabajo y un filtro de arena, que se suponía que debía asegurar el flujo de aire fresco. Desafortunadamente, no hay más información sobre quiénes habrían encontrado refugio aquí en caso de un ataque nuclear.
Dinero para nada
En 1988, se decidió destruir el dinero sobrante, ya que los detalles de seguridad de los billetes ya no eran suficientes y la necesidad de efectivo ya no se consideraba urgente debido a las transacciones de pago electrónico. El búnker en Cochem se quedó vacío al principio. Pero en 2014 se vendió a un inversor y está abierto a los visitantes desde 2016.