Moda hecha de animales accidentados
Pamela Paquin utiliza pieles de animales atropellados para confeccionar guantes, gorros, monederos y muchos otros productos. Cuando sabe de algún animal muerto tirado a un lado de la carretera, acude para despellejarlo allí mismo y deja el cadáver para que sea devorado por otros animales. Ella no cree que su trabajo sea asqueroso. Su meta es revolucionar la industria de las pieles. Como dueña de su tienda Petiti Mort Furs, Paquin dice que desea mostrarle al sector de la moda que no es necesario matar a animales industrialmente. Un día despelleja a un conejo atropellado vestida con un sucio pantalón, y al otro se encuentra en tacos durante una sesión fotográfica de su nueva coleción de pieles. Así, con simpatía y una actitud realista, resuelve un problema entre animales mutilados y el glamoroso mundo de la moda.