México abre sus puertas a refugiados sirios
14 de septiembre de 2015Essa Hassan, de 26 años, será el primer refugiado sirio que llega a México a través del Proyecto Habesha, una iniciativa de la sociedad civil mexicana fundada hace dos años por Adrián Meléndez, quien como cooperante de la Organización Internacional para la Migración (OIM) conoció el mayor campo de refugiados sirios, el de Zaatari, en Jordania. Más de 120.000 habitantes sobreviven en condiciones deplorables.
“Essa Hassan llegará a México para estudiar ingeniería social, una carrera muy pertinente para el momento de la reconstrucción en Siria, pues está enfocada en los procesos de reconstrucción interna de las ciudades, desde la óptica social y urbana”, señala el portavoz de Habesha, Luis Sámano, en conversación con DW.
El joven recibió una beca de la Universidad Panamericana de Aguascalientes, que es la Alma Máter del proyecto, al que se sumó la Universidad Iberoamericana en la capital. Essa Hassan será el primero de 30 jóvenes sirios, ávidos por estudiar, que llegarán en los próximos meses. Han sido seleccionados minuciosamente. “Sabemos perfectamente su perfil, sus referencias, lo que vendrán a hacer y durante cuánto tiempo”, explica Sámano. El proyecto se financia con donaciones y es divulgado en las redes sociales a través del hashtag #EnMexicoSePuede.
Embajador de buena fe
Los activistas se han ganado el respaldo de figuras de alto nivel internacional. El alemán Kilian Kleinschmidt, un experimentado cooperante humanitario de ACNUR que fue “alcalde” del campo de refugiados de Zaatari visitó México hace unas semanas, poco antes de ser nombrado asesor del gobierno de Austria en el tema de refugiados. Kleinschmidt dijo a DW que es necesaria una mayor solidaridad internacional.
Un mal manejo de la crisis tiene ahora consecuencias, según el experto, como la falta de inversión en educación en los campos de refugiados, de donde muchos jóvenes emigran para poder estudiar y encontrar un empleo. “El déficit en la ayuda humanitaria hasta el 2015 es de más de 3 mil millones de dólares, y hay que considerar que la mayoría de los sirios que han emigrado al extranjero no vive en los campos de refugiados sino entre la población de Turquía, el Líbano y Jordania, y tienen que subsistir por sus propios medios pues la ayuda humanitaria es insuficiente”.
“La situación es mucho más grave de lo que se desprende de la crisis de refugiados”, afirma por su parte el investigador del Colegio de México, Gilberto Conde. “Ya de por sí es una situación escandalosa hablar de 4 millones de refugiados. Si agregamos siete o más millones de desplazados internos la situación es muy difícil de concebir”. Siria tenía 22 millones de habitantes antes del conflicto. “Uno de cada dos habitantes está fuera de su lugar de origen y la capital, Damasco, se encuentra desbordada, con casi el doble de habitantes -4 millones- que tenía en 2011”.
Conde explica que Siria y El Líbano son países con un crisol de culturas. “Hace algunas décadas se hablaba de sirio-libaneses, y eso tiene una explicación histórica: Líbano, Siria, Jordania y Palestina eran todos parte de una región del Imperio Otomano, lo que se conocía como El Levante”.
La comunidad libanesa puede ayudar
En México existe una fuerte comunidad libanesa que puede ayudar. De eso está convencido un sirio mexicano que vende joyería en un centro comercial en el sur de la ciudad. “Los sirios son muy adaptables y están dispuestos a ir a donde sea, excepto quedarse en medio de esa guerra”. El comerciante, que habla en árabe con su hijo, y dice tener más amigos mexicanos y judíos que sirios, afirma que quienes dicen que traer refugiados sirios a México será como traerlos de una guerra a otra, no saben de lo que hablan. “Que vayan al Medio Oriente para que vean lo que es una guerra”.
El Senado de la República se sumó a las peticiones de solidaridad de la sociedad civil. El jueves pasado (10.09.2015) la Cámara Alta del Congreso exhortó al gobierno federal a que abra las puertas del país a los desplazados y refugiados sirios. La propuesta fue presentada por el senador Ernesto Cordero, del Partido Acción Nacional (PAN), y fue respaldada por los grupos parlamentarios del PRI, PRD, PVEM y PT. “México no puede quedar indiferente ante el sufrimiento de tantos seres humanos, que enfrentan una guerra civil en su país, que exponen sus vidas y padecen condiciones infrahumanas en el intento de escapar a un futuro de muerte y desolación”, destacó el político, que recordó la tradición de asilo que ha tenido México durante décadas, desde la Guerra Civil Española.