Normalizan relaciones
10 de noviembre de 2002
Le recibieron con honores militares en el Pentágono. Y después de una hora de conversaciones entre Struck y Rumsfeld, el periodo de tensión en las relaciones políticas entre Alemania y Estados Unidos, pareció haber quedado superado. Un suspiro de alivio recorrió las altas cúpulas alemanas después de que el secretario de defensa estadounidense indicara que las relaciones entre ambos países son "unpoised" , es decir, no están envenenadas.
Un viejo aliado
Un suspiro de alivio especialmente para Struck quien fuera ignorado por su homólogo estadounidense durante la último reunión de la OTAN en Varsovia. Rumsfeld fue uno de los representantes de la administración Bush, que a raíz de los tonos antiestadounidense que imperaron durante la campaña electoral del canciller alemán Gerhard Schröder, calificó las relaciones entre ambos países de envenenadas.
Las relaciones evidentemente registran una distensión, pues Rumsfeld no sólo se limitó a indicar que Alemania es un antiguo aliado de Estados Unidos, sino que hizo especial hincapié en el aprecio que en Estados Unidos se tiene a las relaciones amistosas con el pueblo alemán.
Alemania confía en Hussein
En la entrevista se habló detalladamente sobre la resolución adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre Irak. El ministro de defensa alemán alabó el que se haya optado por emprender un camino multilateral y ofreció el apoyo alemán para los próximos controles de armamento a efectuarse en Irak. A la pregunta de si Alemania cambiará su posición ante una posible intervención militar por parte de Estados Unidos si Saddam Hussein se opone a cooperar, Struck explicó que Alemania espera que Hussein reconozca la gran responsabilidad que tiene en sus manos, pues es él único que puede evitar el uso de la fuerza militar en Irak. En el caso de que no respete la decisión del Consejo de Seguridad, Alemania repensará su posición.
Pero no sólo Irak ocupó a los encargados de defensa, que también hablaron sobre la próxima Cumbre de la OTAN en Praga, la creación de una fuerza de intervención rápida de la OTAN, como lo demanda Estados Unidos y el futuro de las fuerzas internacionales de paz en Afganistán.