Nube de aviones en el cielo alemán
5 de marzo de 2007El tráfico aéreo va decididamente en ascenso en Alemania. El año pasado batió un nuevo récord: casi tres millones de vuelos surcaron los cielos germanos en ese período, ya sea teniendo al país como punto de partida o llegada, o simplemente como territorio a atravezar en su ruta. La cifra duplica con creces la registrada hace 10 años, en que sólo quedaron consignados 1.230 mil. Y la tendencia se mantiene. Para el año en curso se espera un nuevo incremento del 3,5% o 4%.
Los datos entregados por el organismo alemán encargado de la seguridad en el tráfico aéreo (DFS) dan cuenta de un sector pujante y, en realidad, en otro momento habrían provocado unánimes aplausos por constituir una buena nueva desde el punto de vista económico. Pero, en estos días en que todo el mundo ha abierto los ojos ante el inminente peligro que supone el calentamiento global, el entusiasmo palidece. Sabido es que los aviones contaminan y, por lo tanto, la creciente cantidad de vuelos preocupa desde la perspectiva del medio ambiente.
¿Pasajes más caros?
En el plano político arrecia la discusión sobre las posibilidades de hacer que el sector aéreo asuma una mayor responsabilidad en la lucha contra el cambio climático. La propuesta contempla la posibilidad de pagos adicionales por derechos de emisión de CO2 y de cobrar tasas extra por aterrizaje y despegue a compañías antiguas con naves más contaminantes.
La medida planeada por el ministro alemán de Transportes, Wolfgang Tiefensee, que podría encarecer los billetes de avión, se compensaría con un abaratamiento de los billetes para las aerolíneas menos contaminantes, según explicó un portavoz. Por otra parte, el ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, se ha mostrado a favor de cargar con un impuesto a la gasolina de los vuelos en toda Europa.
El turismo se defiende
Ante tales perspectivas, la industria del turismo ve peligrar su negocio y rechaza los intentos de achacarle lo que considera una responsabilidad desproporcionada en lo que respecta al cambio climático. Su defensa se basa también en datos estadísticos. Según organizaciones del sector, un 5% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a nivel mundial corresponden a medios de transporte. Y de ese volumen, sólo un 1% es producido por el tráfico aéreo. En cuanto a Europa, sostienen que los vuelos generan aproximadamente un 0,5% del total de emisiones de CO2, mientras que el 13% recae en el transporte por carretera y la esfera doméstica.
De todos modos, tampoco el sector de los vuelos podrá marginarse de la lucha que tendrá que emprender el mundo entero contra el cambio climático. El DSF, por lo pronto, intenta contribuir con su propio granito de arena. Según indicó el jefe de la entidad, Dieter Kaden, "el objetivo es reducir al máximo el perjuicio ambiental", evitando los vuelos en círculo en espera de permiso de aterrizaje. Y algo ya se ha avanzado en la materia. Según hizo notar Kaden, el año pasado el 99% de todos los vuelos dirigidos por el DSF llegaron a tiempo.