Papa visita Calabria y se enfrenta a la mafia Ndranghetta
21 de junio de 2014
El papa Francisco visitó este sábado (21.06.2014) la localidad de Sibari, en la provincia calabresa de Cosenza, para ofrecer una misa con un sentido muy claro: el pontífice católico quería dar una señal a la mafia que impone la violencia y la desesperanza en esa región, luego de que en enero de este año cometieran un atroz crimen al asesinar a un niño de tres años y a dos adultos, cuyos cuerpos aparecieron incinerados dentro de un automóvil.
Las investigaciones determinaron que los asesinatos el pasado 20 de enero fueron el resultado de un un ajuste de cuentas realizado por la Ndranghetta, la mafia calabresa. Entonces, Francisco condenó el asesinato del menor, y este sábado llegó al lugar de madrugada, para apoyar a los ciudadanos y realizar una serie de actividades, como visitas a la cárcel y a centros de acogida. “La Ndranghetta es la adoración del mal, de la destrucción del bien común”, dijo durante la misa.
El papa llegó en su Papamóvil a una región sacudida por las tragedias. En marzo fue asesinado por la mafia el sacerdote Lazzaro Longobardi, quien se negó a aceptar una extorsión. “Aquellos que en su vida siguen el camino del mal, como hacen los mafiosos, no están en comunión con Dios. Están excomulgados”, dijo Francisco en la ceremonia, realizada bajo un intenso calor que, de todas formas, no amilanó el entusiasmo de los presentes.
Que ningún niño sufra
Entre los miles de asistentes a la visita del papa se encontraban cientos de jóvenes, quienes viven a diario el drama de la violencia de la mafia. “Ustedes los jóvenes, no se dejen nunca robar la esperanza”, dijo el pontífice, que recalcó la importancia de que los cristianos no adoren “a ninguna otra persona que no sea Cristo. El Cuerpo del Señor hace de nosotros una sola cosa, una sola familia, somos el pueblo de Dios reunido solo en torno a Jesús”, agregó.
El religioso argentino recalcó la importancia de “renunciar al mal en cualquiera de sus formas” y a no dejarse cegar por “el dinero, la vanidad o el orgullo del poder”. Añadió que “contra ese mal hay que luchar, hay que dejarlo a un lado, debemos decirle que no. Nuestros hijos lo están pidiendo, nuestros jóvenes lo están pidiendo. Necesitan esperanza y la fe puede ayudar a responder a esta necesidad”, dijo.
Tras el crimen del menor de tres años, el papa Francisco condenó la repudiable acción y pidió a los responsables del delito que se arrepintieran. Las palabras de este sábado son el ataque más fuerte contra el crimen organizado realizado por un Papa, desde que en 1993 Juan Pablo II criticara duramente a la mafia siciliana. “No más víctimas de la Ndranghetta. Esto no puede volver a suceder, que ningún niño vuelva a sufrir de esta manera”, sentenció Francisco.
DZC (Reuters, EFE)