¿Por qué es importante vacunarse contra la varicela?
28 de abril de 2023La varicela es una enfermedad presente en en todo el mundo. Es causada por el virus varicela-zóster (VZV) y se transmite a través de aerosoles, es decir, por gotitas derivadas de estornudos, tos, o al hablar. La varicela es muy contagiosa. La mejor protección es la vacunación. En Alemania, en 2004 alrededor de 750.000 niños y adultos contrajeron varicela. En 2017, solo hubo 22.200 casos.
Transcurso de la enfermedad
Los primeros síntomas son dolores de cabeza y corporales, fatiga, y también pueden aparecer episodios febriles. La típica erupción con picazón se desarrolla más tarde. Son pequeñas manchas rojas y nódulos que eventualmente se convierten en ampollas llenas de líquido. Las erupciones aparecen primero en la cara y luego en la espalda y el estómago, pero también puede extenderse por todo el cuerpo.
Después de unos días, se forman costras, que se caen solas al poco tiempo. No es bueno rascarse, aunque las ampollas piquen mucho, porque eso puede provocar infecciones y cicatrices. La varicela, aunque es desagradable, no suele conllevar problemas graves en los niños. Por lo general, dura unas dos semanas. En adultos, en cambio, puede tener un transcurso grave y durar más tiempo.
¿Cómo se trata la varicela?
No existe un medicamento específico contra la varicela. La única forma de aliviar la picazón es usando ungüentos y compresas húmedas para refrescar las áreas afectadas. Las uñas de los niños pequeños deben mantenerse cortas para que no se rasquen la piel y esta se infecte.
¿Quién corre el riesgo de contagiarse?
Los niños entre los dos y los diez años se infectan de varicela, pero también los bebés pueden contraerla. La mayoría de los adultos son inmunes a la varicela, porque, previamente, o la han contraído o han sido vacunados. Si las mujeres embarazadas no presentan esos dos requisitos y se contagian, la enfermedad puede llegar a ser bastante peligrosa para el embrión o el feto, sobre todo, durante las primeras 24 semanas de gestación. Entonces podría producirse un aborto espontáneo, o el feto podría sufrir varios daños, como el síndrome de varicela (SVC), que puede derivar en malformaciones de las extremidades o, en el peor de los casos, en daño cerebral.
¿Como prevenir el contagio?
La solución más sensata es, por supuesto, la vacunación en la infancia. Después de que se ha superado una infección, el virus de la varicela continúa latente en el organismo, incluso después de que la enfermedad se haya curado. Es decir, que luego de haber superado la enfermedad, se es inmune a la varicela, pero no al temido y doloroso herpes zóster. Esta enfermedad puede manifestarse después de muchos años, o décadas, tras haber tenido varicela. El transcurso es peor que el de la varicela. Pero también es posible vacunarse contra el herpes zóster a una edad avanzada.
(rmr/cp)