Refugiados colombianos: ¿dejando atrás el pasado?
Cruzaron la frontera huyendo de la violencia. Los desplazados colombiados en Ecuador intentan, también con asistencia internacional, reconstruir sus modos de vida y ¿dejar el pasado atrás? ¿No volver?
Ecuador: política de acogida
A finales de la década de 1990, huyendo del conflicto colombiano, comenzaron a pasar la frontera. En ese tiempo, el sistema de asilo y refugio en Ecuador era inexistente. "Ahora la política de Ecuador es de acogida. Pero las trabas en la vida cotidiana son lo más difícil", explica a DW Sonia Aguilar, de ACNUR. Aquí, una sesión de información a recién llegados al Programa de Alimentación de la ONU.
En Esmeraldas había ya lazos
Es sobre todo la población del sur de Colombia la que se ha refugiado en Ecuador. En Esmeraldas, provincia de mayoritaria población afrodescendiente, se integran más fácilmente que en otras poblaciones fronterizas como Carchi o Sucumbíos. ACNUR aboga porque Ecuador no sólo los acoja, sino que incentive su integración permitiendo la nacionalizacón en 5 años.
Velando por derechos
Uno de los derechos de un refugiado es la educación. El desconocimiento y la discriminación retardan el proceso de integración de estos niños al sistema escolar de acogida. ACNUR y el programa europeo de asistencia humanitaria, ECHO, tienen proyectos para facilitar el acceso a la documentación, muchas veces perdida o inaccesible.
Lo más básico
El Programa de Alimentación de Naciones Unidas (PMA) asegura 25 dólares mensuales por persona, durante seis meses, prorrogables a un año. "Se trata de ayudar a las familias en extrema pobreza a alcanzar un cierto grado de estabilidad. Mientras tanto se las acompaña, se identifica sus necesidades y se las asesora", cuenta a DW Luis Romero, de PMA.
Años sin asistencia
"Apenas ahora me entero de que existe este programa de asistencia. Una vecina me orientó. Llegué menor de edad, solo. Los grupos armados querían que me metiera, yo huí a Ecuador. Ahora tengo 24 años y tengo un bebé en camino. Trabajo como jornalero en el matadero. No he sufrido violencia, pero no quiero volver a la guerra", Carlos Alberto, de Tumaco.
Una vez al mes
Una vez al mes, los refugiados recién llegados (o recién inscritos) se acercan a la oficina de PMA. Reciben una tarjeta con el monto para la compra de su familia. Hay tiendas especiales para ello. Pueden comprar lo que quieran, dentro de un cierto rango de alimentos saludables. Así el programa cumple con su función y las familias cuentan con algo.
Pasados dolorosos
"Yo quisiera que mis hijas sean buenas secretarias. Pero la una, que tuvo muchos problemas de nutrición, es muy delgada y quiere ser modelo. La otra quiere ser abogada. Cuando les niegan algún derecho, les digo que se hagan pasar por ecuatorianas. No quiero volver a Colombia, allá los profesores ni iban a las escuelas. No quiero hablar de eso, a veces los pasados duelen", dice Socorro, de Bucheli.
¿Tienen derecho a reparación?
"Si desaparecieron a algún familiar, los desplazaron o los amenazaron, está previsto que pueden ir al consulado a registrar su testimonio para que integren el censo de víctimas. Ese es el procedimiento. Pero, si no hay plata para reparar a las víctimas que están en Colombia, reparar a los que salieron de las fronteras va a ser más demoradito", explica a DW Luis Guillermo Pérez, defensor de DD.HH.
Los desplazamientos pueden seguir
En la foto, una joven refugiada que llegó en julio de 2016 a San Lorenzo. A su esposo se lo llevaron unos hombres armados. "Los organismos internacionales han analizado los diferentes escenarios, afirman que las violaciones de derechos humanos que provocan desplazamientos pueden seguir. Los procesos de paz generan vacíos de poder donde aparecen nuevos actores", explica ACNUR.
"Allí bajaban los muertos por el agua"
Martha Jesús, de 56 años, llegó en julio de 2015. “Teníamos una tienda, chocolate y zapote. Pero cuando esa gente cae en el pueblo, lo desalojan a uno. Título de propiedad sí tenía, pero a uno que anda andando, esos papeles se le pierden. Yo tengo miedo de regresar; allí bajaban los muertos por el agua”, cuenta.