1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Se terminan las bromas

15 de enero de 2003

Alemania busca al representante nacional para el Grand Prix de la canción europea. Esta vez se busca una canción "seria".

https://p.dw.com/p/39z9
Los candidatos alemanes para el Eurovisión 2003.Imagen: AP

En Hamburgo se presentaron los 15 participantes alemanes en la final alemana que compiten por representar a su país en el Eurovisión que se celebra el 24 de Mayo en Riga.

Antes de poder sacar el billete a Letonia tendrán que revelar sus cualidades en la preselección nacional ante un público televisivo que votará por su favorito. Es absolutamente imposible predicar antes del 7 de marzo, fecha de la preselección, cual será el título y el intérprete que representará a Alemania.

El canciller en el concurso

Pero ya se puede constatar que el "Schlager", la canción popular alemana, definitivamente pasó a la historia. La mayoría de los títulos pertenecen al género pop. Entre los artistas y grupos se encuentra una considerable cantidad de personas procedentes de otras regiones o países del mundo: Canadá, Turquía, Polonia y Africa.

El único "famoso" entre todos los candidatos desconocidos es el imitador de voces Elmar Brandt. El joven conquistó en otoño pasado las listas de venta en Alemania con su genial versión del éxito "The Ketschup song" de la Chicas del Tomate de España. Brandt escribió una nueva letra en la que se burló de las subidas de impuestos del canciller alemán y grabó la canción usando la voz de Gerhard Schröder.

Ahora se propone representar a Alemania en el concurso del Eurovisión con el titulo "Alles wird gut" (Todo saldrá bien), en la que también quiere usar la voz del canciller alemán. Cabe dudar lo que pensará el público europeo sobre un joven de 31 años imitando a Schröder.

Nos volvemos viejos

No parece probable que Alemania pueda empalmar en este año con el ultimo y único éxito que tuvo en el año 1982 al ganar el concurso Nicole con el titulo "Ein bißchen Frieden (Un poco de paz). Los gustos musicales, las tendencias de moda, incluso las reglas del concurso han ido cambiando.

Sea como fuere, el 24 de mayo se sentaran más de 100 millones de fans delante de televisores, como si no tuvieran nada mejor que hacer un sábado por la noche, para delirar con el Festival de Eurovisión. Las cadenas de televisión transmitirán el evento a mayor gloria de la canción ligera y los europeos esperaran de nuevo la reaparición de un grupo como ABBA cuando ganó el Eurovisión del 1974. Los sueños nunca mueren.