Tiempo de camping, tiempo de aventuras en Europa

Los festivales de música al aire libre, como el de Wacken, en Alemania, o el Festival de Glastonbury, en Somerset, Gran Bretaña (foto), son impensables sin acampar, ya que en los campings es donde se arman las mejores fiestas. Una tienda tipo iglú ocupa poco lugar y no tiene gran peso. Se puede armar fácilmente y hacer de ella un lugar acogedor para pasarla bien.

Algunos acampadores aman comer ravioles en lata. Pero no todos lo hacen. Muchos tienen en cuenta al medioambiente, por lo cual tratan de no usar plásticos. Y cocinan comida fresca, con vegetales. Por eso es mejor comprar verdura fresca, pasta, arroz y fideos en el lugar de acampe, y combinarlos a gusto en la olla.

En muy pocos países europeos se permite acampar libremente en paisajes naturales. La excepción es Escandinavia. Menos en Dinamarca, se puede acampar y dormir dos noches en cualquier parte, siempre que sea un lugar en medio de la naturaleza, sin construcciones. La condición es que las personas no dañen el medioambiente y que mantengan una distancia adecuada de las casas circundantes.

Existen en Alemania, Suiza o Finlandia: tiendas de campaña en los árboles. Son sinónimo de camping minimalista. Lo mejor es no llevar nada, o solo muy poco a la tienda, porque todo se resbalará si uno se mueve. El equipaje y las provisiones van a una caja de metal debajo de la tienda. Especialmente agradable: si el cielo está despejado, se puede abrir la lona y observar las estrellas.

No siempre tiene que ser una tienda de campaña. Las minicasas están de moda desde hace tiempo porque combinan la libertad de estar en un paisaje natural, con la comodidad del hogar. Esta "tiny house" en forma de iglú, en el fiordo de Arksongssandur, Islandia, tiene una claraboya para poder ver las estrellas.

El confort de un hotel combinado con el romanticismo de unas vacaciones en la naturaleza da por resultado el "glamping", un camping glamuroso. La tendencia proviene de EE. UU. y se está extendiendo por Europa desde el año 2000. Pero el lujo tiene su precio: 200 euros por noche como mínimo, diez veces más que un lugar en un parque de acampada.

Ser independiente y no renunciar al lujo: eso prometen las casas rodantes. La pandemia de coronavirus, en 2020, hizo que las ventas de "motorhomes" se dispararan. Vacacionar en las "cuatro paredes propias" se volvió muy atractivo. Pero las casas rodantes no siempre pueden aparcar en la naturaleza, como aquí, en Suiza. En las ciudades deben conformarse con los estacionamientos para automóviles.

Ya se sea una excursión de fin de semana, o un viaje largo, el "Bulli" de VW es de culto. Construido por primera vez en 1949, 20 años después había salido de la línea de producción 1,8 millones de veces. Los originales de los años 60 y 70 tienen una gran demanda. Nadie quiere renunciar a su Bulli. La variante de autobús eléctrico, el VW Buzz, está disponible desde este año. El viaje continúa.

A muchos veraneantes les gusta pasar la mejor época del año en campings como este, en la isla de Grav, en el Rin: solos en su tienda, pero acompañados. El destino de acampada más popular para los turistas alemanes sigue siendo Alemania. Hay 2.800 campings, la mayoría de ellos en Baviera. Los holandeses amantes del camping también prefieren pasar sus vacaciones en Alemania.

La guía de plazas de aparcamiento "Landvergnügen" muestra el camino a bodegas, granjas o huertos en Alemania que ofrecen plazas de estacionamiento gratuitas. La guía contiene a más de 1.100 anfitriones, y se puede comprar junto con una suscripción anual. La única condición: los invitados deben comprar productos agrícolas. La idea proviene originalmente de Francia y se llama "France Passion".