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Visita de Merkel a Obama: mucho por aclarar

Sven Pöhle / JOV1 de mayo de 2014

Espionaje, ataques con drones desde Alemania y la amenaza de una guerra en Ucrania: hay mucho por aclarar entre Berlín y Washington en la visita de Merkel este 2 de mayo. DW habló con el politólogo Christian Hacke*.

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Imagen: picture-alliance/dpa

DW : Angela Merkel viaja a Estados Unidos por primera vez desde su reelección. Y este es también el primer encuentro personal de Merkel con Barack Obama desde que supo que la NSA había espiado el teléfono de la canciller. ¿Ha aumentado la distancia trasatlántica desde entonces?

Cristiano Hacke: Por lo menos no ha disminuido. Haber espiado a la canciller fue un enorme abuso de confianza y eso tendrá consecuencias duraderas, tanto a nivel personal como en las relaciones entre ambos Estados.

Abordará Merkel los temas desagradables, como el espionaje de la NSA, por ejemplo?

Creo que sí. Pero en los últimos meses tanto Estados Unidos como el presidente Obama se han mostrado bastante despreocupados ante las acusaciones de Alemania. Eso tiene que ver con que EE.UU. ha alcanzado una posición única en el mundo al conquistar el monopolio tecnológico en los campos virtuales de una guerra cibernética, en la capacidad de usar drones y de espionaje masivo. La paradoja es que, a pesar de la supremacía tecnológica de EE.UU. en asuntos de guerra, las políticas de seguridad y de Exteriores de Washington han fracasado.

Así que ¿Alemania no puede contar con comprensión de parte de EE.UU.?

No. Los intereses comunes de ambos países han cambiado. Aunque las diferencias siempre fueron latentes lo decisivo es que ambos países compartían valores comunes. Siempre hubo la voluntad de entender -y, a veces, de asumir- la postura del otro. Existía una rivalidad constructiva en las relaciones transatlánticas.

¿Y eso se ha perdido?

Se ha perdido porque, como demuestran los problemas, los puntos de vista han cambiado. En décadas pasadas, Estados Unidos predominaba en el escenario global y Alemania poco tenía que decir. Hoy en día, EE.UU. ha perdido mucho poder. Su conducta en el mundo se puede calificar de imprudente. Además, durante este segundo mandato de Barack Obama observamos una arrogancia del poder que no conocíamos de él.

En la crisis de Ucrania Washington sigue una línea dura contra Moscú. ¿Le sirve eso a Alemania?

Alemania no debería dejarse presionar ni por Estados Unidos ni por Rusia. La canciller y su ministro de Relaciones Exteriores demuestran unidad en la forma prudente de manejar la crisis. Aunque con esta postura no se ganen aplausos, lo frutos se verán a largo plazo. Los estadounidenses ordenan acciones aéreas de la OTAN contra Rusia pero solo para mostrar a su público que están haciendo algo. La verdad es que Occidente perdió tanto su voluntad como su capacidad para hacerle entender a Putin que es militarmente más fuerte y que está decidido a responder a una invasión de Ucrania.

¿No debería haber en este caso una postura común frente a Rusia?

Los fuertes intereses de Alemania en Rusia son más importantes y perennes que la forma como se vaya a resolver la cuestión ucraniana. Esto no le puede gustar a algunos pero, a largo plazo, es muy importante que Alemania no se deje involucrar en una confrontación bélica por hacerle un favor a Estados Unidos. Estoy seguro de que Merkel abogará ante Obama por no echarle más leña al fuego. Ella buscará garantizar que la crisis no se agrave aún más.

¿Cuál será el resultado del viaje? ¿Misión cumplida, confianza recuperada?

No creo. No esperamos un gran avance. En las declaraciones conjuntas escucharemos la conocida retórica del fortalecimiento de los valores e intereses trasatlánticos comunes. Lo cierto es que las relaciones entre Europa, incluida Alemania, y Estados Unidos disminuirán. Algo que no es del todo negativo.

*Christian Hacke profesor emérito de la Universidad de Bonn y especialista en relaciones internacionales.