Viticultores: los ganadores del calor extremo

Los viticultores alemanes retiran este lunes sus uvas de las cepas. Nunca antes había ocurrido una cosecha tan temprana, afirma Ernst Büscher, del Instituto Alemán del Vino. Lo que para muchos otros productotres agrícolas es una desventaja, para los viticultores será una ayuda.

El largo verano y el calor sostenido repercuten en la producción agrícola. Para algunos productores, la pérdida de las cosechas es toda una amenaza a su subsistencia. Algunos sectores agrícolas pronostican pérdidas de hasta 30 por ciento en comparación con los años anteriores. Los veranos cada vez más tempranos y calurosos son un indicio más del cambio climático.

En cambio, para los viticultores alemanes el calor es prometedor. El sector espera en 2018 un año récord. Gracias a las buenas condiciones climatológicas, el desarrollo de la vid se adelantó tres semanas, comparado con el promedio de los anteriores 30 años, dice Ernst Büscher. Esto permite a los viticultores alemanes competir en mejores condiciones con sus contrapartes de Italia.

El desarrollo del vino comienza entre enero y marzo, cuando las vides son recortadas. Si el verano es especialmente seco, el riego artificial juega un papel crucial. Sobre todo, se necesita mucho sol, que contribuye al crecimiento y la calidad de las uvas.

Con tipos de uva como Solaris, Ortega, Baco y Huxel comienza la cosecha de cada año. Posteriormente se procesa el tipo Müller-Thurgau.

De las primeras cosechas de uva surge en Alemania el llamado Federweißer. Este año saldrá al mercado cerca de tres semanas antes. Así, los amigos del vino blanco alemán podrán disfrutar de este mosto de uva blanca ya en agosto.