¿El nombre es presagio?
21 de diciembre de 2004El nombre "Andalucía" se le ocurrió a la futura mamá durante las vacaciones en España, y la madre de "Nemax" trabaja en la Bolsa. "La fantasía de los progenitores a la hora de escoger un nombre no conoce límites", comenta Gerhard Müller, asesor de nombres en la Sociedad de Lengua Alemana en Wiesbaden y recibe por día alrededor de 30 consultas.
La moda de los nombres exóticos
Desde hace tiempo, Müller observa la tendencia de los nombres considerados exóticos en la sociedad alemana y calcula que, en Alemania, rondan entre el 10 y 20 por ciento. El posible motivo reside en que la sociedad es cada vez más individualista, y además Internet supone una fuente inagotable de información. En la actualidad, los nombres indios se hallan a la cabeza.
El trabajo de Müller consiste en comprobar las propuestas de apelativos que recibe de los padres. Si existen en una lengua, y el género es inequívoco entonces él da su consentimiento, aunque no sea vinculante para el registro civil. Su gusto personal no juega ningún papel, porque si no qué se puede opinar de nombres como "Pepsi-Carola". Siempre habrá algún que otro pícaro que pensará en la bebida refrescante, sin saber que realmente "Pepsi" proviene de "Pepita".
No a los nombres de marcas
Müller interviene cuando se trata de nombres que aunque existan, puedan ser utilizados en contra de los más pequeños de la casa como bromas y "todos sabemos cómo son los niños", asegura el experto. Éste es el caso del nombre indio "Nagina" que "sin necesidad de mucha fantasía podrían modificarse". Otras posibilidades como "McDonald" han sido rechazadas "porque en Alemania está prohibido utilizar nombres de marcas".
Para todos los gustos
Una pareja neoyorquina intentó, sin éxito, subastar en Internet los derechos para el nombre de su bebé. Por el módico precio de 500.000 dólares, el niño se podría haber llamado "Nike", "Mcdonalds" o "Microsoft". Para desgracia de los futuros progenitores ninguna de las empresas estaba interesada.
Incluso los nombres de chicas se le aplican a los chicos, como por ejemplo, Sara. La razón sea quizá el deseo de la igualdad de géneros. Los hijos de los famosos tampoco lo tienen fácil. Así un hijo de la célebre familia Beckham se llama Brooklin, porque fue concebido en dicho barrio neoyorquino; una de las hijas del cantante británico Bob Geldof arrastrará toda su vida el peso de su nombre: Peaches honeymoon, Luna de Miel de Albaricoques.
En Bélgica, sin ir más lejos, las leyes de registro no son tan severas y así se permitió que una mujer nombrara a su hijo Anakin, como el personaje cinematográfico de La Guerra de las Galaxias. Un hincha futbolístico de Bulgaria demostró su pasión por su equipo favorito cambiándose de nombre: ahora se llama Manchester United. En Brasil, los nombres pueden incluso ser una frase: "José-Casou-de Calças-Curtas", José se Casó en Pantalones Cortos.
Doce nombres son demasiado en Alemania
En Alemania, por otro lado, los nombres demasiado creativos suponen un problema. Así lo decidió el Tribunal Superior de Dusseldorf. La madre de un bebé había argumentado que una decena de nombres era "una manera de demostrarle al niño que el corazón no conoce fronteras". Por lo tanto, su hijo se llamaría "Chenekwahow Migiskau Mikapi-Hun-Nizeo Alessandro Majim Chayara Inti Ernesto Prithibe Kioma Pathar Henriko". Al final, su nombre se ha quedado reducido a sólo "Chenekahow Migiskau Kioma Ernesto Tecumseh".
¿Por qué hay una necesidad tan grande de que los niños sobresalgan de las masas debido a
sus nombres? ¿Qué hay de malo con los nombres de siempre?
Un nombre inadecuado puedo ser un lastre para un niño, y si no que le pregunten dentro de unos años a Nagina.