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Salud, Automóviles, Alimentación

Mirra Banchón7 de abril de 2004

Este Día Mundial de la Salud se centra en la seguridad en el tráfico. Con campañas informativas se pretende reducir a cero las muertes por accidentes. Sin embargo, la gran amenaza a la salud mundial no anda sobre ruedas.

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Un niño desnutrido que atraviesa un río contaminado en Nueva Delhi.Imagen: AP

El Día Mundial de la Salud, que fuera decretado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace medio siglo, se dedica cada año a un tema diferente. El de este año se centra en la seguridad en el tráfico, con el fin de conservar la vida y la salud. En Alemania, si bien los accidentes automovilísticos mortales han disminuido en los últimos 30 años (de 21.000 a 7.000), en las calles mueren anualmente 230 niños; 42.000 resultan heridos. Campañas educativas en 26 países acerca del comportamiento en el tráfico y cursos de primeros auxilios son los pilares del renovado esfuerzo de organismos mundiales y estatales para lograr lo que se denomina "Visión Cero", es decir, que a cero llegue la cifra de víctimas mortales del tráfico.

No le falta importancia

Verkehr
Imagen: APTN

Nadie le resta importancia al lema de este 7 de abril, más aún desde el punto de vista de una de las potencias económicas europeas que para mediados del año 2000 contaba con 80 millones de habitantes y con 51,4 millones de vehículos. Sin embargo, basta con levantar la vista del entorno inmediato, y el lema de la OMS para este año ya suena irrelevante. Pues para nadie es cosa nueva: las estadísticas revelan que la principal razón de la mortalidad mundial radica en el hambre y la desnutrición.

Es que hay cosas más urgentes

Una de cada 14 personas muere anualmente por desnutrición, informa la FAO (Food and Agriculture Organization), la organización de la Naciones Unidas que centra sus tareas en alimentación. Seis millones de niños no alcanzan los cinco años, 840 millones de personas sufren de desnutrición. Aparte de la guerra y los conflictos armados, el principal motivo de la muerte por hambre, no es la falta de alimentos, explica el director general de la FAO, Jaques Diouf. Es la mala distribución.

FAO, Food and Agriculture Organisation of the United Nations, Logo

Producción suficiente

En ninguna otra época de la humanidad se ha generado tal cantidad de alimentos como ahora. La tecnología ha perfeccionado tanto la agricultura, que si la producción se distribuyera equitativamente entre la población mundial todo hombre, mujer y niño recibiría casi 2800 calorías diarias. Más de lo necesario para subsistir, y un quinto más del promedio ingerido hace 30 años, aunque la población mundial, desde aquel entonces, ha aumentado en un 70%.

Curar no sirve sin alimentar

Sin embargo, la alimentación está mal distribuida, no sólo entre norte y sur, sino entre ricos y pobres. Son los niños y las mujeres siempre los más afectados por la desnutrición. La OMS supone que, entre los niños, la causa número uno de la muerte es la falta de la proteína que necesitan tanto para crecer como para su desarrollar su sistema inmunológico. Por ello, mueren de enfermedades que, en realidad, son curables. Las campañas de vacunación de los organismos de salud, por ejemplo, carecen de sentido si a la vez no se mejora la situación de la nutrición.

Propuestas existentes

Unterernährung auf Haiti Mutter mit Kind
Imagen: AP

Muchas veces, explican directivos tanto de la OMS como de la FAO, con medios muy simples se puede conseguir resultados decentes. Por ejemplo añadiendo yodo, hierro y vitamina A a la dieta se evitarían muchas de las enfermedades causantes de la mortalidad infantil. Sin embargo, en el problema de la falta de proteínas sólo hay una solución: la mejor distribución de los alimentos en el mundo. Porque, así mismo conocido por todos, una alimentación buena, incrementa la capacidad de concentración... también en el tráfico.